Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
Cuando la semana pasada y en mi columna para este medio digital, me preguntaba en qué dirección iba a caminar España, me anticipé y di por sentado algo, que no estaba en manos de los españoles, aunque otros no lo vean como yo.
La premisa imprescindible, para poder decidir hacia donde se iba a orientar nuestro destino, está en saber cómo se va reestructurar ese nuevo orden mundial, que muy probablemente quede definido en el centro neurálgico, donde se va a cocinar el futuro de varias generaciones de nuestros hijos, nietos y descendientes.
Y eso lo conoceremos antes de final de año, cuando los estadounidenses, decidan la política mundial para los próximos cincuenta años como mínimo.
Estados unidos marcará el equilibrio del poder
Las últimas elecciones norteamericanas, arrojaron unos resultados inesperados para todos y sobre todo para los poderes fácticos de la primera potencia política mundial, que vieron como un histriónico personaje (Trump) supo jugar perfectamente sus armas, recurriendo a aquel único slogan de America First ('lo primero somos los norteamericanos') para imponerse estratégicamente donde debía hacerlo, en la USA más profunda, para que pese a sacar unos tres millones de votos menos de los que obtuvo Hillary Clinton, llegar a la Presidencia de los EEUU, en contra de todos los poderes fácticos, políticos y económicos, que movían los intereses globalistas tanto entonces como ahora.
En estos momentos, el mundo está estructurado en base a cuatro poderes preponderantes entre los que definitivamente van a sobrevivir sólo dos, en mi opinión.
Esos cuatro centros de poder son los siguientes:
-La Unión Europea que será la primera en caer, al partir de la posición más débil
-Rusia, que nada entre dos aguas de momento, pactando alternativamente con unos u otros en base a estrategias del momento que no le servirán para pasar a la segunda selección natural.
-China, que ha sido el paradigma del comunismo desde la caída del muro de Berlín para convertirse en un estado capitalista para financiar las deudas públicas de todos los demás, controladolés a través de su deuda.
-Estados Unidos, primer potencia política, ahora ya no económica aunque sí las elecciones las ganara el candidato propuesto e impuesto por el nuevo orden mundial sería quien decidiría el futuro del mundo.
Se preguntaran ustedes, como lo hago yo, quien mueve los hilos de este último grupo económico de poder mundial.
Imagino que lo hace ese conglomerado heterogéneo que forman el famoso Club de Bilderberg al que pertenecen las principales fortunas históricas del mundo como las familias Rostchild o Rockefeller, más los recién llegados como Soros, Billy Gates o empresas con un potencial económico y mediático tipo Microsoft, Google, Facebook entre otros y grandes consorcios bancarios entre los que al parecer también forma parte el Banco de Santander comandado por la Sra. Botín.
Hasta hace muy poco tiempo, el secretismo que envolvía a este club privado, era absoluto.
Ahora al parecer ya no lo necesitan y ejercen ese papel a cara descubierta, golpeando en cada momento al flanco más débil.
Ellos necesitan imperiosamente, antes que nada situar a su candidato el frente de EEUU, para disponer del poder político imprescindible, para llevar a cabo su control económico mundial.
La historia mundial más reciente, nos demuestra que necesitarán el oportuno contrapoder porque no se puede ejercer ni demostrar el poder, sin la conveniente y correspondiente oposición.
A riesgo de parecerles un visionario, una vez más me arriesgo a exponerles la actual posición en ese tablero de ajedrez internacional del mundo actual, con un ‘outsider’, aspirante a ser quien gane la partida definitiva, tras ganar antes del final de año las elecciones norteamericanas.
Una vez logrado su primer objetivo, irán dando los pasos adecuados, para librarse del peso específico de la Unión Europea y de Rusia, para que en juego sólo queden las dos mayores potencias económicas del mundo, basadas las dos en un capitalismo a ultranza, uno representado por el estado chino y apoyado por los grandes capitalistas chinos nacidos a su sombra y cuyas identidades me resultan ajenas y por otro lado ese nuevo orden mundial, cuyo poder político quedará representado por el equipo Presidencial de los EEUU, manipulado convenientemente por sus soportes económicos y mediáticos en cada momento.
Entre tanto y semana a semana, trataré de desmenuzar las maniobras que me resulten sospechosas y que puedan llevar implícitos movimientos estratégicos que vayan debilitando a España y a Europa, en ese proceso de derrumbe programado de cada estructura política y económica de nuestra nación única, de nuestro Estado y de la entidad supranacional consiguiente que es Europa.
Luego le llegará el turno a Rusia.
Hasta la semana que viene amigos.