Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Ni en mis más absurdos sueños, pude nunca imaginar que le iba a dedicar una columna a este joven concejal del Ayuntamiento de Castellón.
A él le gusta que le llamen 'Ignasi', pero en este caso yo le llamaré Nacho que es como suelen llamar generalmente a cada Ignacio los 'progres' de su entorno en casi toda España.
Y lo haré en homenaje a la 'ch', la letra proscrita en el abecedario catalán, como la 'z' y la 'ñ', aunque la primera de ellas figura grabada a sangre y fuego en el ideario y la literatura valenciana, desde que vio la luz la novela por excelencia de la Literatura Valenciana, el Tirant Lo Blanch cuando Cataluña aún era un bebé recién nacido, sin Literatura y prácticamente sin Historia.
Pues bien, este edil de nuestra capital de provincia, una semana más, se ve afectado por sacar a relucir problemas intrascendentes en vez de solucionar los evidentes de sus conciudadanos.
Y como no encuentra mejor ocupación a la que dedicar su tiempo va de 'parida en parida' tratando de buscar “soluciones absurdas a problemas inexistentes”.
Si en el breve plazo de un mes, nos ha llevado de marcar con la media luna musulmana o la estrella de David judía, los lugares de culto cristianos en la guía turística digital municipal, a querer destruir e inutilizar todos los impresos municipales “con la histórica y trascendente idea” de quitarle la 'n' final a Castellón, esta semana nos ha sorprendido con el envió de una carta a todos los recién casados de la ciudad, aconsejándoles que se cambien los apellidos tradicionales de sus familias, en pos de una 'subnormalización' de los mismos, para rendir culto a la ortografía catalana.
Voy a obviar su despreció a las letra 'ñ', porque no viene al caso.
Pero respecto a la 'z', me sorprende que su compañero de Cruzada en defensa de las señas de identidad catalanas, el Conseller de Educación de la Comunidad Valenciana, no se haya cambiado su primer apellido Marzà por el de 'Marssà', siguiendo las instrucciones que propone en su carta 'Nachete', a todos sus conciudadanos.
Eso hubiera sido un buen principio, para predicar con el ejemplo, pero estos 'descerebrados' nunca hacen lo que predican.
El dinero público lo malgastan como se les ocurre, porque no pagan ellos y de alguna forma, deben de justificar sus ingresos de dinero público.
Pero lo más chocante es su desprecio con la 'ch', que él ejemplifica, sugiriendo que los 'Chordà', tan abundantes aquí, pasen a ser Jordà, y sin mencionar a los Blanch, Franch, Pitarch, Montblanch, Castellblanch, Chust y Chiva y otros muchos apellidos a los que quizás les sugiriese pasar a llamarse Blanco, Franco, Pitarj, Monteblanco, Castellblanj, Just o Jiva o quizás a castrar la 'ch', quitándole la 'h' final, como lo han hecho los catalanes con Vich.
Olvida que en nuestro valenciano, antes de la reciente 'subnormalización pancatalanista' del último cuarto del siglo pasado, siempre existió la 'ch' y por eso precisamente existen tantos apellidos que la llevan incorporada orgullosamente desde hace siglos e imagino que no van a renegar a ella, por complacer a este ignorante
personajillo, quienes han estado honrando a sus antepasados, ni tampoco pueblos como Chert, Chodos, Chilches, Chovar en Castellon, o Cheste.
Chiva, Chirivella, Chelva en Valencia o incluso Elche en Alicante que siempre han tenido la CH incorporada a su Historia, van a solucionar los problemas de sus ciudadanos cambiando la 'ch' por una J o una X.
Lo curioso, es que estos 'intelectuales' no se dan cuenta de que como la “pela es la pela”, los catalanes han etiquetado siempre marcas como Vichy Catalán o Castellblanch con la 'ch incorporada y en esos casos no han querido cambiar su denominación de origen.
Por favor Nacho García, intenta hacer algo de provecho en vez de ir de “parida en parida” para perder tu tiempo y hacernos perder el de los demás en tener que explicarte a ti y a uno de tus jefes de filas (Vicent Marzà) el poco sentido común y lo poco que sabéis de la historia, lengua y cultura valenciana, o la queréis ignorar para servir a quien os financia.
Por el camino que vosotros marcáis, Compromís se dirige al fracaso absoluto.