Óscar Clavell, alcalde de la Vall d'Uixó.
Por tradición, por historia y por la afición, los valleros tenemos desde la semana pasada un monumento que simboliza una de nuestras fiestas más ancestrales y más arraigadas. No hay barrio en la Vall d'Uixó que no organice bous al carrer y con la escultura al toro bravo queremos rendir un sincero y cariñoso homenaje a todos los aficionados taurinos, a todas las personas que hacen grande nuestra fiesta y son grandes embajadores de nuestra ciudad.
Soy un gran aficionado als bous al carrer y como alcalde tengo la obligación de estar al lado de todos los valleros, de todas las entidades sociales, culturales, vecinales, deportivas y también festivas.
Sabía que este monumento, que no ha costado ni un céntimo a los valleros, iba a suscitar críticas, que iban a venir de la mano de los de siempre, de los partidos de la izquierda que han demostrado que son incapaces de estar al lado de los valleros y de apoyar a la magnífica afición que tiene nuestra ciudad.
Los comunistas nos acusan de hacer populismo barato y trasnochado y los socialistas a la vez que acudían a la inauguración llenaban las redes sociales de comentarios totalmente desafortunados cargando contra los de siempre, contra la afición taurina.
Como Pamplona, San Sebastián de los Reyes y Segorbe, la Vall d'Uixó tiene ya su monumento al toro, a la afición, a la historia, a la tradición, al espectáculo y a un sector económico de relevancia en nuestra ciudad. Va por ustedes.

































