Noticias Castellón
jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:57

Un sector apetecible

Tiempo de Lectura: 3 minutos, 30 segundos

Noticias Relacionadas

Enrique Dominguez. Economista. 

El sector cerámico se ha caracterizado desde antaño por ser un sector muy familiar. Y no empleo el término familiar como sinónimo de reducido, de poca monta, sino de ser una actividad controlada por diversos grupos familiares, generalmente de las propias localidades en las que se ubican las firmas.

Se decía que el sector cerámico castellonense estaba constituido por un importante número de sociedades anónimas; sociedades a las que había que añadir el calificativo de familiares. Curioso contraste entre anónimas y familiares.

También ha sido una característica de estas sociedades su escasa cooperación interempresarial, prefiriendo disponer cada firma de una amplia relación de tamaños, colores y formatos en lugar de buscar las economías de escala que la colaboración podría implicar. Por eso al calificativo de familiares habría que añadir el de individualistas.

A pesar de estos condicionantes, del conocimiento de la competencia italiana que ya iba apostando por la creación de grandes grupos, el sector ha continuado incrementando su actividad, ha creado un clúster muy importante, dispone de un instituto de tecnología cerámica -creado en 1969- y ha externalizado actividades que antaño formaban parte de cada firma cerámica.

El sector, antes de la gran crisis de 2008, estaba muy bien posicionado y obtenía importantes niveles de beneficios; sin embargo, apenas eran deseadas sus empresas por el capital foráneo. La crisis sistémica le obligó a adaptarse rápidamente a la misma pero a costa de reducir en más de diez mil sus trabajadores y es disminuir la producción a la mitad. Pero fue capaz de sustituir sus clientes nacionales por extranjeros y pasar de facturar la mitad al mercado exterior a remitirle en torno al 80%.

El sector, mejor dicho, muchas de sus empresas, han ido pasando a disponer de gerencias no familiares, distinguiendo claramente la actividad empresarial de la propiedad. Expresiones como “el amo de la empresa” están siendo mayormente sustituidas por el “gerente de la firma”.

Todo esto viene un poco a cuento del creciente interés de los inversores extranjeros por firmas del sector cerámico y de materias primas. Ello está contribuyendo a dotarle de esos grupos que ya disponía el sector italiano pero que se echaba a faltar en el español.

Desconozco las razones últimas por las que una empresa que fabrica moquetas, producto sustitutivo del azulejo, apuesta por el sector cerámico, si bien la diversificación es una razón relevante. Ya hay unas cuantas firmas en manos de capitales extranjeros y habrá que estar ojo avizor a sus políticas, por parte de los grupos autóctonos.

En todo caso, concentrar la producción, formar grupos empresariales es importante, pero también lo es el apostar por la diversificación y diferenciación productivas y, sobre todo, por elevar el punto de mira del cliente al que se dirige. Las estadísticas actuales nos dicen que el sector cerámico español en su conjunto está exportando su producto en euros por metro cuadrado a menos de la mitad que su principal competidor europeo, Italia.

El sector español alardea de igualar o superar al italiano en metros cuadrados fabricados, cuando lo importante debería ser acercarse al precio medio al que venden los italianos los azulejos y pavimentos.

Disponer de auténticos departamentos de marketing, conocer los gustos y necesidades de los clientes potenciales es importante y eso los grupos empresariales con buen tamaño lo pueden acometer más fácilmente.

Por eso, me preocupa más que la mayor parte del sector cerámico castellonense tenga como objetivo producir cantidad a precios ajustados que el hecho de que una parte, que va al alza, del mismo esté siendo adquirida por capitales foráneos.

El sector es apetecible, interesa al inversor extranjero, pero debería, tanto el capital autóctono como el foráneo, tener como objetivo a medio plazo aumentar el precio medio al que vende sus productos. Porque, si no es así, la fuerte y creciente competencia internacional impondrá sus argumentos. ¿Qué opina usted?