Rechazadas las tres mociones, sobre la estabilización en la banda, la reprobación del concejal de Comercio y las medidas contra las manifestaciones anti aborto
El público llenó el salón de plenos, con rosarios en la mano para rezar por las mujeres ‘obligadas a abortar’, mientras la oposición señalaba que se atentaba contra un derecho contra la libertad de las mujeres. Las tres mociones de la oposición fueron rechazadas por PP y VOX: la que denunciaba irregularidades en la estabilización de algunas plazas en la banda municipal; la reprobación del concejal de Comercio, y la que pedía intervenir contra la asociación que se manifiesta frente a la clínica abortista.
El pleno ordinario del Ayuntamiento de Castellón, correspondiente al mes de enero, se saldó rápido, todo lo que se pudo, y con tonos muy agrios en las acusaciones de la oposición y las respuestas del equipo de gobierno.
Poco era lo que había de contenido en esta sesión, una vez aprobados los presupuestos municipales hace dos semanas. El Despacho Ordinario se liquidó sin pena ni gloria y sin intervenciones.
El ‘patio de butacas’ del salón se llenaba de público. La mayoría de ellos con rosarios en la mano y una enorme dosis de ironía. Estaban allí porque una de las mociones presentadas por Compromís denunciaba las acciones acordadas por una asociación ‘pro vida’ de Castellón, que llamaban a la oración frente a una clínica abortista de Castellón.
En total se presentaron tres mociones y muchos ruegos y preguntas. La oposición no se ahorró epítetos para criticar, que se convirtieron en insultos. Ante ellos, la alcaldesa, con pose serio mudaba la cara y luego respondía sin amilanarse.
Rechazada la revisión del proceso de estabilización de la Banda
Esta moción, presentada de forma conjunta por PSOE y Compromís, cuestionaba el proceso de estabilización laboral relativo a las plazas de clarinete y trompa de la Banda Municipal de Castellón.
El proceso de Estabilización es un procedimiento reglado, basada en una ley estatal y, a su vez, en una directiva europea que tiene por objeto reducir o acabar con el alto número de funcionarios interinos de la administración, que llegan a prolongar su trabajo en puesto durante años.
En el caso de las plazas de clarinete y trompa de la Banda Municipal, tanto PSOE como Compromís y algunos sindicatos estimaban que el procedimiento no se había desarrollado con la transparencia o las condiciones de igualdad que se pretendían.
Los dos grupos políticos instaban al gobierno municipal a que anule el proceso selectivo desarrollado, y se vuelva a convocar el tribunal para repetir el procedimiento.
Defendieron la moción Pau Sancho, por Compromís y Patricia Puerta por el PSOE. El primero hizo hincapié en las incorrecciones que dijo, se produjeron durante el proceso de selección, los integrantes del tribunal, y las baremaciones realizadas.
Patricia Puerta entró a saco desde el primer momento para denunciar ‘los escándalos’ del gobierno, el ‘colocódromo del PP desde Carlos Fabra', y acusar al PP de ser el partido de la mentira.
Dicho esto, por parte del equipo de gobierno intervino Juan Carlos Redondo, concejal de Hacienda y de personal, que pocas veces, hasta ahora’, había tomado la palabra en el estado de reproche y exaltación que manifestó hoy.
Porque Redondo, que suele responder con una gran dosis de elegancia en los temas que le afectan, en esta ocasión defendió a ultranza el buen nombre de los tribunales y de Recursos Humanos. Manifestó que el proceso todavía estaba abierto, en fase de alegaciones, por lo que no era preceptivo que los políticos tomaran parte en este tema.
Pero más allá, relató la injerencia del concejal de Compromís, que dijo, estuvo presente en el proceso de selección cuando los políticos no participan en los tribunales de estabilización. Acusó a Sancho de defender intereses particulares, de intentar presionar al tribunal en su toma de decisiones e, incluso dijo, de que recibió una llamada de queja de Recursos Humanos que pretendían llamar a la policía por las formas y la intrusión de Pau Sancho.
Además, Redondo acusó al equipo de Fadrell de haber realizado una penosa labor en la redacción de las bases de estabilización, que ha dado lugar a que los tribunales paralizaran 260 plazas.
Claro que, donde las dan las toman y Sancho recordó que el PP, en la oposición, había votado a favor en la mesa técnica en la que se aprobaron aquellas bases. “Se han producido irregularidades, dijo, y si no de solucionan, será responsabilidad suya”.
La moción fue votada afirmativamente por Compromís y PP, pero rechazada con los votos de PP y VOX.
Rechazada la reprobación del concejal de comercio e infancia por ‘xenófobo y racista’
El mismo recorrido, con mucho ruido y pocas nueces tuvo la moción para reprobar al concejal de Comercio, Familia e Infancia, Alberto Vidal.
La reprobación, presentada por Compromís, se basaba en que cuando se produjo el atropello mortal en un mercadillo de Alemania, el concejal vertió en redes sociales su condena a los movimientos islamistas radicales y la inmigración.
A ver, resulta ya un tema habitual en los plenos, las acusaciones a la ultraderecha como fascistas y unas cuantas cosas más… par acabar con la petición a la alcaldesa de Castellón de que rompa el pacto de gobierno entre PP y VOX.
Lo de hoy no era una novedad… aunque quizá si lo fueron las formas.
Se escudaba Compromís, en que la investigación desarrollada por la policía alemana había concluido que una persona de origen árabe que llevaba muchos años como residente en ese país, había actuado como protesta por las políticas inmigratorias que se habían desarrollado. Vaya, que los asesinatos no fueron tanto para imponer el islamismo, como contra las políticas que daban amparo a los islamistas…
En este caso, Ignasi Garcia acusó a Vidal de islamófogo y de estar obsesionado con la reconquista española para poder pasar revista a los desfiles históricos que rememoraban los tercios de Flandes. Todo lo cual demostraba, dijo, que había cometido un delito de odio.
En este sentido, le pusieron a Vidal la ocasión de desarrollar sus filosofías ciudadanas a mesa y mantel.
Vidal comenzó su alocución con la frase: No creo en las razas. Dicho esto, sí indicó que la filosofía de la cultura del Islam es incompatible con la cultura occidental, porque ellos niegan todos los derechos y abusan de las mujeres a las que niegan los más mínimos derechos.
La intervención de la socialista Patricia Puerta se centró en añadir más leña al fuego, al acusarlo de despreciar todo aquello que no sea el macho alfa alto y blanco… Después de fue por la tangente, con referencias a Elon Musk y la red social ‘X’ y le preguntó que cómo trataba a oso niños árabes…
¡Vaya!, una monada de debate.
Vicent Sales intervino por alusiones a las mentiras del PP y echar un capote a su compañero Vidal, para referir que, curiosamente, si el asesino del mercadillo Alemán, estaba contra el Islam había protestado muy oportunamente contra la población católica en un mercado navideño.
Hubo réplicas, claro, pero todo más de lo mismo. Con una sola observación, Vidal le dijo a Puerta, que cuando él se reunía con los niños, que están dentro de su competencia, no pregunta por culturas y razas, solo ve niños y los trata como tal.
Moción rechazada por PP y VOX.
Las oraciones, los rezos y el aborto
La tercera moción, presentada por Compromís, fue la más sonada por el público que llenaba la sala.
Fue defendida por la concejal Vera Bou que intervino por videoconferencia.
La situación que se abordaba era la siguiente: Un grupo pro-vida ha organizado una campaña que se denomina ‘oración contra el aborto’. La ley vigente defiende el derecho de las mujeres a abortar hasta la semana 14 de embarazo. Como parte de la campaña antes indicadas, algunos de sus activistas se reúnen o manifiestas frente a una clínica que practica abortos, en el Parque Ribalta.
Para Compromís, se trata de un acoso y una intimidación que incomoda a las mujeres que acuden a este dentro, por lo que reclamaba la actuación de la Policía Local para impedirlo.
Cabe señalar, que el público que llenaba el salón, rosario en mano, rezaron en silencio mientras atendían al debate.
Alberto Vidal, en nombre de VOX, trato el tema desde dos frentes diferentes. Por un lado, lo que supone acabar con una vida de un embrión que, a las 14 semanas está completamente formado. En este sentido, relató paso a paso la formación del feto desde el minuto cero a la semana 14. Y en base a ello proclamó que se trata de un asesinato.
Por otro, aludió a la situación de muchas mujeres que se pueden ver abocadas a abortar por la presión social, la falta de medios, la carencia de apoyos o incluso las presiones de sus parejas. Y dentro de estos supuestos se refirió a las consecuencias que viven esas mismas mujeres, para las que abortar se convierte en una verdadera pesadilla, con muchos efectos psicológicos, que, quizá con un mayor apoyo social, no llegarían a realizar. En la misma línea indicó que esta asociación no reza solo contra el aborto, sino como apoyo a estas mujeres.
Par Mónica Barabás, del PSOE, las manifestaciones antes aludidas atacan los derechos conseguidos con mucho esfuerzo y muchos años por las mujeres.
Por parte del PP, Maica Hurtado también abordó el tema, pero con razonamientos diferentes. Afirmó, que las expresiones anti abortistas o pro abortistas forman parte de la libertad de expresión que es un derecho fundamental recogido en la Constitución.
Rezar, dijo, también forma parte de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Pero más allá de esto, indicó, el hecho podría ser reprochable si estas manifestaciones fueran masivas o afectaran en la cercanía a las mujeres y a la clínica, mencionó, algo que no se produce.
A tales efectos mostró algunas fotos. Quienes se manifiestan con oraciones lo hacen en el parque, con una distancia que los separa del centro médico y que no afecta a la intimidad de las mujeres que acuden a él. Planteado así, el Ayuntamiento no puede intervenir, y la Policía Local tampoco.
Votado el tema, Compromís y PSOE votaron a favor de la intervención de la Policía, pero PP y VOX votaron en contra.
Los seguidores de la asociación pro-vida aplaudieron y los concejales de la oposición miraron a la alcaldesa, como instándole a desalojar la sala.
El aplauso duró poco y Carrasco se enfrentó a PSOE y Compromís. “El reglamento municipal no permite los aplausos durante el pleno, ¿qué quieren? ¿Qué les envíe a la Policía Local? Desde la bancada de la izquierda se realizaron gestos afirmativos, el aplauso ya había cesado y la alcaldesa miró a la oposición para decirles: “Ustedes se aplaudían a sí mismos”.
En Ruegos y Preguntas hubo numerosas intervenciones, entre ellas una de Compromís para denunciar que la alcaldesa, en el Pleno de Presupuestos, se pasó de tiempo en su intervención, a lo que Carrasco les dijo: “¿Ese es el nivel de la oposición o buscaba su minuto de gloria?”