Esta tarde regresan hacia Portell donde entrarán al anochecer.
El obispo de la diócesis de Tortosa, Enrique Benavent, ha acompañado el recorrido.
Castellón Información
Els Pelegrins de Portell han partido a las 5h de la mañana de su pueblo para encaminarse hacia Sant Pere de Castellfort. Atravesando pinares, el barranco de la Rambla Celumbres y las lomas de Castellfort han llegado a Sant Pere a las 9h de la mañana. Este año la peregrinación cumple 501 años. Hoy el obispo de la diócesis de Tortosa, Enrique Benavent, ha acompañado el recorrido.
A su llegada a Sant Pere les estaban esperando algunos vecinos de Portell que se han acercado para ver un momento solemne y silencioso, sólo roto por el tañido de la campana y el viento... Los peregrinos han realizado la reverencia de costumbre ante la cruz de Sant Pere. A su llegada a la ermita han besado el suelo y luego han saludado hacia Portell. Una vez en el interior de la iglesia todos se han apostado en torno al altar para escuchar misa y luego almorzar.
Pasan el día en Sant Pere de Castellfort y por la tarde, pese al día lluvioso, emprenden el camino de retorno hacia Portell. Cuando tengan en vista el pueblo esperan a que anochezca para, de este modo, entrar en las calles por la ermita de la Esperanza. Allí les esperan todas las peanas, santos e imágenes del pueblo, portadas por los vecinos que salen a recibir a los peregrinos. De este modo el pueblo mantiene su compromiso. En Els Pelegrins de Portell el silencio y el recogimiento se mantiene durante toda la peregrinación. Los vecinos de Portell prefieren que nadie acompañe la peregrinación. Sólo el párroco, los portadores de las cruces que abren la comitiva y los cantores acompañan a los doce hombres que van vestidos con capas, sombrero negro, rosario y bastón.
Si en los años 80, cuando se recuperó, costaba encontrar peregrinos, en la actualidad son más los voluntarios. Para participar en la peregrinación es necesario ser vecino del pueblo o mantener vínculos con el municipio.
Tradición
En la peregrinación es costumbre que el mayoral también les proporciona la comida. Antiguamente gastaba una oveja y 40 litros de vino. La merienda es a base de huevo duro, olivas negras y queso del terreno. Cuando avanza la tarde los peregrinos emprenden el regreso hacia Portell, donde entran con la caída de la noche.Al contrario que en la salida, los peregrinos son recibidos por todos los vecinos del pueblo. Llegan al pueblo siguiendo el mismo orden con el que salieron. Les esperan todas las peanas de la parroquia y centenares de vecinos.
La historia primitiva de esta peregrinación se remonta, según la leyenda, a la Edad Media. Doce hombres de Portell se decidieron a ir a Roma. Querían pedir al Papa una solución para la acuciante sequía que venían padeciendo. El Papa les dijo que para solucionarlo debían acudir a la ermita de Sant Pere más próxima. Sólo uno de los viajeros regresó a Portell.
