Vicente Vidal. Concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Castellón.
Seguro que muchos de ustedes han oído en alguna ocasión este dicho popular: 'Pesa més que un matrimoni fals' y el que no lo haya oído, seguro que este sí: nunca te acostarás sin saber una cosa más. Pues bien, ahora que todos sois sabedores y podéis entender el peso y la preocupación de un matrimonio falso, os podéis hacer una idea de lo que supone esto con hijos sobre todo cuando todavía son dependientes de los padres.
¿Cuántos de vosotros habéis ido alguna vez a una boda en la que muy a pesar vuestro, sabíais que ese matrimonio tenía los días contados? Yo he ido a alguna que otra pero al menos ese día, sabía que lo iba a pasar bien. Me atrevería a decir que han sido bodas de las más emotivas y divertidas pero tenían el final escrito.
Si alguien no recuerda nada así, yo les haré memoria. Hace menos de un año, el 25 de junio de 2019, todos los castellonenses asistimos a la Ermita del Fadrell, allí se renovaron los votos del Pacte del Grau: el matrimonio de PSPV-Compromís, pero esta vez la ceremonia fue más bonita, habían adoptado a Podem, que hasta ahora simplemente se cogían de la mano de vez en cuando. Sus discursos fueron sensibles con la historia de Castelló, todos buscaron sus raíces con el Fadrell y se comprometieron a que Castelló y los castellonenses progresáramos adecuadamente.
Fue una ceremonia bonita, una puesta en escena ejemplar en un marco incomparable pero el matrimonio del Grau ya venía perjudicado porque jamás superó la crisis del "Caso Lafuente", no obstante había que intentarlo. Y, todos sabemos que la solución en un matrimonio roto no es tener un hijo, ni adoptarlo, sino intentar recuperar la confianza perdida.
Pues hoy, menos de un año después, esa alianza 'pesa més que un matrimoni fals, mai millor dit'.
Ahora mismo, PSPV y Compromís son un matrimonio mal avenido, de pura conveniencia que han malcriado a su hijo adoptivo hasta que los padres biológicos de éste se han plantado porque Sí se puede.
Y, los problemas nunca vienen solos, para el Fadrell tampoco. Y esta crisis de gobierno se acrecenta en medio de una pandemia sanitaria donde los castellonenses están abandonados a su suerte porque la Familia Fadrell han demostrado ser de la FF: 'Faena Fuig', han arrastrado al terreno laboral-institucional sus problemas personales.
Hace tiempo, que está de moda celebrar los divorcios por eso de brindar por el peso que uno se quita de encima, son celebraciones convocadas por los propios protagonistas. Yo a ese tipo de eventos todavía no he asistido, soy demasiado tradicional. Así que ójalá algún día, los castellonenses igual que fuimos testigos del Acord del Fadrell podamos brindar por su nuevo Réacord. Será porque todos empecemos a progresar, que de momento aún no hemos echado a andar.
Ay este Castellón mío, este Castellón nuestro... Ay ay.