Este miércoles día 8 celebramos el Día Internacional de las Mujeres. Una conmemoración a la que la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) dio carácter oficial el 16 de diciembre de 1977.
Mucho antes, casi un siglo, las mujeres ya reivindicaban sus derechos ante una sociedad marcadamente machista. Estos albores de los derechos femeninos para las que hasta ese momento habían sido consideradas mujeres de su casa era todo un acontecimiento para hombres acostumbrados a no ser cuestionados por el mal considerado 'sexo débil'. Trabajadoras a jornal y sin derechos, mujeres maltratadas y madres sometidas por una sociedad en la que la maternidad era poco menos que una obligación y no una opción forman parte de nuestra identidad colectiva.
Un siglo más tarde la mujer debe seguir conquistando derechos. Porque ha sido mucho el camino recorrido pero nos quedan muchos objetivos que alcanzar.
Porque la verdadera igualdad se conquista con una sociedad más justa, que mire por igual a las personas y no imponga diferencias por cuestiones de género. Que no condicione el trabajo femenino por condición de sexo y vea en la maternidad una opción tan libre y justificada como la no concepción. Las mujeres no somos contenedores.
De eso se trata, de opciones y de libertad. Una sociedad más justa erigida sobre las bases del individuo, que respete todas las opciones y que no imponga a través de paternalismo que tanto daño nos sigue haciendo hoy.
El Día Internacional de la Mujer es un día para el reconocimiento de todo el esfuerzo de tantas mujeres que lucharon contra para que hoy estemos donde estamos. Porque hay que mirar el futuro con la convicción de seguir avanzando y no dar pasos hacia atrás. Seamos capaces de conseguirlo entre todos para que la ley del 'solo sí es sí' no nos castigue, sino que nos proteja. Y que condene con la máxima sanción a quien nos agrede y nos somete. Porque esto no va contra nadie, sino a favor de todos. No va de ideologías, sino de individuos, de respeto y libertad. Y lo conseguiremos entre todos, cuando nuestra sociedad sea tan libre como nuestro pensamiento.