Hace apenas unos días, mientras colaboraba en el armado de un nuevo departamento de Recursos Humanos desde cero, la líder del proyecto me lanzó una pregunta que me hizo reflexionar. No tuve problema alguno compartiendo mis razones con ella, y ahora quiero hacer lo mismo contigo, porque creo que podría serte útil. Comprender por qué elegimos hacer algo en lugar de otra cosa es esencial, marcando a menudo la diferencia en nuestra vida profesional y, sobre todo, en nuestra felicidad.
Como le contaba a ella, en mi caso hubo dos momentos clave que me llevaron a cambiar un trabajo estable, bien remunerado y con prestigio, por una aventura incierta. La primera vez fue hace unos años, cuando me di cuenta de que mi carrera no era el resultado de mis elecciones, sino más bien una respuesta al deseo de complacer a mis padres, de que se sintieran orgullosos de su hijo. Mi prioridad era escalar en la jerarquía corporativa a cualquier costo, incluso a expensas de mi propia familia en ese momento.
Hasta que un día, algo cambió. Una voz interna me susurró que el camino hacia el éxito y la fama no me llevaría a ningún lugar. Bueno sí, probablemente a acabar solo sin familia a mi alrededor como otros colegas de aquella empresa, supuestamente exitosos, cuyos trabajos se habían convertido también en una obsesión.
El otro factor que me hizo replantear mi carrera fue la respuesta de mi antigua empresa. A pesar de ser considerado el empleado "ejemplar" que nunca decía NO, cuando necesité apoyo debido a un problema de salud importante en mi familia, me dieron la espalda. Fue en ese momento cuando fui también consciente de que me había equivocado de compañero de viaje. Así que con calma planifiqué mi siguiente salto y entre medias por cierto escribí un libro titulado “Viajando juntos al éxito”, narrando un viaje hacia un destino desconocido en compañía de la persona que siempre había estado a mi lado en los buenos y malos momentos: mi esposa.
Emprender uno solo no es sencillo. Pero hoy a punto de cumplir casi cinco años como autónomo, he conseguido que ese sueño se haya hecho realidad. Por eso, te insto a que reflexiones sobre el camino que estás siguiendo antes de que sea demasiado tarde. Asegúrate de que sea tu camino y no el de otra persona. Y sobre todo, visualiza el final que te espera al recorrerlo, para evitar encontrarte con una película cuyo desenlace no te agrade y ya no haya tiempo para retroceder.
¿Hora de reflexionar?
