La llegada del invierno, sin embargo, supone una serie de peligros para los conductores de motos que deben tenerse en cuenta
Castellón Información
Tras la llegada de la pandemia a nuestro país, muchos de nosotros nos hemos visto obligados a pasar la mayor parte de nuestro día a día encerrados en casa, sin poder salir afuera por el confinamiento y el miedo a contraer el temido virus. Ahora que la situación parece estar mejorando poco a poco, muchas personas han podido volver a las carreteras, disfrutando una vez más de los desplazamientos entre ciudades que les permitan retornar a sus respectivas oficinas, visitar a la familia o, simplemente, pasar unas vacaciones con las que olvidar todo el estrés y ansiedad generada por la crisis sanitaria.
¿Cuáles son los peligros de conducir con moto en invierno?
La llegada del invierno, sin embargo, supone una serie de peligros para los conductores de motos que deben tenerse en cuenta antes de aventurarse a la carretera. En este artículo procederemos a listarte los diferentes peligros que aguardan a los motoristas causadas por las inclemencias climáticas características de esta época del año.
Seguridad antes, durante y después de salir a la carretera
Para disminuir al máximo los peligros de la moto en invierno, es necesario hacer siempre una pequeña revisión de la moto antes de ponerse en circulación, revisar las ruedas, luces, funcionamiento de la consola y sensaciones. Una parte importante de esa preparación, también es contar con un seguro de moto adecuado, que incluya todas aquellas coberturas que puedas necesitar cuando salgas, que además de aportar tranquilidad, hará mucho más sencillo salir de cualquier imprevisto. Una vez que finalices el trayecto, recuerda que en invierno las motos sufren más que nunca en el exterior, por lo que protegerla de las inclemencias del tiempo lo máximo posible también contribuye de forma significativa a la seguridad de tu siguiente viaje.
Humedad y zonas congeladas en la carretera
Con las bajas temperaturas, lo más normal es que nos encontremos las carreteras con el asfalto mojado o congelado, lo que nos obligará a readaptar nuestra forma de conducir para que la falta de adherencia no nos pille por sorpresa. Tendremos que tomar las curvas con mucho más cuidado, sin subestimar además la humedad presente en las zonas umbrías tapadas por los árboles. Durante las primeras horas de la mañana, podemos encontrar en la carretera algunas zonas congeladas, algo que debemos evitar en la medida de lo posible ya que reducen considerablemente la adherencia con el asfalto.
Las bajas temperaturas afectan a la moto
Por supuesto, el estado de la carretera no es la única cosa de la que debamos preocuparnos, y es que los diferentes componentes de la moto pueden no responder igual cuando las temperaturas son muy bajas. En lo que se refiere a los neumáticos, estos tardan en alcanzar su correcto grado de funcionamiento, al que solamente podremos llegar con el grado adecuado de fricción. Lo mejor que podemos hacer para asegurarnos de que nuestra moto se encuentra en las mejores condiciones para conducir es mantener cierta suavidad en nuestros movimientos durante los primeros minutos de viaje, sin arrojarnos demasiado ni hacer movimientos bruscos durante las curvas, lo que nos asegurará que las ruedas cogen la suficiente temperatura para poder conducir más tranquilos.
La presencia de sal en las carreteras
Con la finalidad de prevenir las heladas en el asfalto, lo que suele hacerse es repartir sal a lo largo de las carreteras para evitar este proceso. Por supuesto, esto depende en gran parte de la región de España en la que te encuentres, pero en caso de que en tu zona se emplee este tratamiento, deberás conducir con mucho
cuidado. Esto se debe a que, de forma similar a lo que sucede con el exceso de agua en el asfalto, la sal también puede reducir la adherencia al asfalto, algo extremadamente peligroso en zonas con curvas. Esta es otra de las razones por las que debemos extremar las precauciones a la hora de conducir en moto tras heladas o bajo temperaturas muy reducidas.
Cabe destacar que, una vez hayamos terminado de conducir, debemos lavar nuestra moto para evitar los efectos corrosivos de la sal en nuestro vehículo. Si no lo hacemos, los componentes de nuestra moto pueden verse gravemente dañados, haciendo los posteriores viajes mucho más peligrosos o, en algunos casos, imposibilitándolos por completo.
Reducción de la visibilidad
La visibilidad es otro de los factores que debemos tener en cuenta cuando conducimos en temporada de invierno. Al haber menos horas de luz y condiciones climatológicas que inducen la aparición de lluvias, niebla e incluso nieve, debemos ir con muchísimo cuidado, asegurándonos tanto de que podemos ver a los vehículos que transitan a nuestro alrededor como que podemos ser vistos por los mismos.
A la hora de mejorar nuestra visibilidad en carretera, uno de los consejos que puedes seguir es emplear cascos con colores llamativos, tales como los naranjas o amarillos flúor. También podemos llevar ropa clara con inserciones reflectantes que permitan a los demás conductores vernos a pesar de las inclemencias climáticas. En caso de no tener más remedio que vestir de negro, puedes utilizar chalecos reflectantes para poder compensar difíciles condiciones de visibilidad.
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