Enrique Domínguez. Economista.
Sí, buenas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero ¿estamos preparados para hacer frente a la próxima crisis?
Seguramente al leer la frase anterior habrá dicho: ¿Cómo puede usted ser tan cenizo? ¿Por qué hacer comentarios a contracorriente?
Posiblemente no le falte razón al pensar así si se fija solo en los grandes titulares de diferentes medios hablados o escritos que se emiten en estos días. Podrá pensar que estamos superando con éxito la última crisis mundial, que en España se centró en lo financiero y en el sector inmobiliario.
Prueba de ello son la mejora de la calificación de la deuda española por las más importantes agencias de rating mundiales. También el FMI, que todavía junto al Banco Central Europeo y a la Comisión (la famosa troika) está supervisando el déficit español, ha mejorado de manera relevante sus previsiones de crecimiento del PIB español.
El FMI mejora en cuatro décimas sus previsiones de primavera para 2018 del PIB español respecto a las formuladas el pasado enero; se basa, sobre todo, en la mejora del consumo interno y de las exportaciones y, también, en la menor incidencia del problema catalán. Ese incremento es el segundo más importante, tras el de Estados Unidos, dentro del grupo de economías avanzadas; también la tasa de inflación se sitúa próxima al 2% y se reduce bastante la tasa de paro.
Pero, ¿creen ustedes que los elevados crecimientos del PIB en los últimos tres años, la mejora de la calificación de la deuda española y esas buenas perspectivas del FMI van a continuar en el futuro, que la economía española va a mantener esa trayectoria positiva por mucho tiempo, que, en una palabra, nos podemos olvidar de los ciclos económicos para España?
Por tanto, ¿significan todos esos hechos positivos y esas perspectivas favorables que el crecimiento español está consolidado, que se sustenta sobre bases sólidas, que se han hecho los deberes para no tropezar de nuevo con la misma piedra? En otras palabras, ¿que estamos preparados para superar con más garantías la próxima crisis?
Hay que decir que no hay nubarrones en el horizonte que vislumbren una nueva crisis global; el crecimiento mundial es bastante relevante, pero hay demasiadas situaciones que crean incertidumbres: la situación política mundial, el liderazgo en juego por parte de Rusia, China y Estados Unidos, la Unión Europea cada vez menos unida, el Brexit,…
Los expertos señalan que en los momentos buenos de la economía es cuando deberían implementarse las medidas que permitan hacer frente a los problemas de esa economía. ¿Se está haciendo esto? Me temo que no.
La deuda desciende en términos relativos pero aumenta en valores absolutos y es demasiado elevada. El déficit de la economía está mejorando y este año bajará del 3% con lo que el país dejará de ser observado con lupa por la UE.
Gracias a la política del Banco Central Europeo con la compra masiva de deuda, España ha podido bajar su prima de riesgo del 638% el 24 de julio de 2012 al 74% el 10 del presente mes de mayo de 2018. Pero esta compra masiva no va a ser permanente y es previsible una subida de los tipos de interés, con lo que se incrementará el coste de la deuda.
Nuestro sistema fiscal adolece de falta de eficiencia en la gestión de los ingresos, no se recauda todo lo que se debería ya que existen demasiadas formas de reducir el importe a pagar; el fraude supone la cuarta parte del PIB y, sobre todo, la eficiencia de los gastos deja muchísimo que desear.
Tenemos un régimen laboral muy dual con un exceso de empleo precario y temporal y con un sistema de salarios bajos que están incrementando el número de asalariados pobres.
Y, como deben saber, la inversión en I+D+i es en España muy reducida, apenas supera el 1% del PIB y, de cara al futuro la competitividad tendrá que ser en calidad, en creatividad, en innovación, en valor añadido o no será. Y en un país envejecido, falta una auténtica política que fomente la natalidad.
Por tanto, ¿creen ustedes que plantear estos temas es querer ser cenizo? Incluso el propio FMI apunta también su temor por una nueva burbuja inmobiliaria.
Ahora bien, si queremos quedarnos solo con las loas, ya pueden pensar cómo vamos a salir de la próxima crisis.