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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:18

Provida

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La Asociación Castellonense para la Defensa de la Vida (Provida) merece seguir trabajando y prestando sus servicios a las más de 300 familias vulnerables de la ciudad de Castellón a las que brinda su apoyo desde su sede de la calle Santo Tomás. Basta ir allí para ver, vivir y sentir en primera persona el interés y el esmero con el que cuidan a las más de 70 personas que semanalmente pasan por su punto de atención.

Por eso nos parece un atropello y un insulto a los castellonenses que la Conselleria de Políticas Inclusivas vuelva a hacer gala de su sectarismo y haya decidido, de manera unilateral, sin previo aviso, y con la reprobable sensibilidad de hacerlo vía email, la revocación de la cesión del espacio que ocupan para llevar a cabo su función de auxilio, un punto desde el que distribuyen hasta 70 toneladas de alimentos básicos. En su mayoría mujeres víctimas de la violencia de género, madres sin recursos con hijos menores a su cargo, mujeres embarazadas que no tienen más ayuda que la que Provida les ofrece o inmigrantes que viven con lo puesto...

¿Qué mal hace la entidad? ¿A quién interesa dejar en la calle a Provida, teniendo en cuenta que la cobertura que presta no la da ni la propia administración que es responsable de atenderla? Es evidente que el Gobierno del PSOE, Compromís y Podemos en la Generalitat Valenciana tiene un problema muy serio a la hora de entender la labor de auxilio.

La política que impulsa el Gobierno de Ximo Puig y Aitana Más, sucesora de Mónica Oltra, desvía el foco del qué y el cómo, para situarlo solo en el quién. Es decir, no importa que los fines sean buenos, ni tampoco que el trabajo se está haciendo bien, sino quién brinda la ayuda social. Y es aquí cuando desde la Administración autonómica, esa que debería gobernar para todos, solo está interesada en dar soporte a sus afines, a los que piensan como ellos.

El error de Provida a ojos de la izquierda es que se trata de una organización que promueve eso: la vida y la familia, dos conceptos que no encajan en el modelo de sociedad que está imponiendo el PSOE y sus socios. Libertad, señores del Botànic, libertad.

Exigimos respeto. En lugar de hacerles la vida imposible a las organizaciones que, llenas de voluntarios, regalan su tiempo para hacerles la existencia más fácil a los que peor lo están pasando, deberían centrar todos sus esfuerzos en cumplir sus obligaciones como gobierno, tanto para atender a las personas que llenan las colas del hambre en Castellón como para pagar en tiempo y forma a esas organizaciones que les están haciendo el trabajo que es competencia de la Administración.

Desde aquí mi reconocimiento a Eva Vilarroig, la mujer que está al frente de Provida, y a todo su equipo, por la extraordinaria labor que están prestando contra viento y marea. Un aplauso que hago extensivo a la gran red de entidades sociales que cada día trabajan por hacer de este mundo un lugar mejor. ¡Qué sería de Castellón y de los castellonenses sin ellos! Desde luego, vaya por delante mi compromiso de que, con el Partido Popular, Provida seguirá manteniendo su sede abierta a los castellonenses. Es de justicia.