El PSPV plantea además elaborar y desarrollar un Plan de Reestructuración, Intercooperación e Integración de las Entidades de Oferta para superar la actual atomización e incentivar la acción cohesionada frente a la demanda.
Castellón Información
El cooperativismo agroalimentario valenciano constituye el principal instrumento de desarrollo de la economía rural. Las cooperativas son uno de los principales agentes de vertebración territorial y un potente motor de empleo rural. Por ello, “los socialistas valencianos concretaremos una voluntad decidida de apoyo a las cooperativas agroalimentarias, por lo que consideramos importante que un Plan Integral del Cooperativismo Agroalimentario Valenciano forme parte de la estrategia general de ordenación de la cadena comercial agroalimentaria”. Así lo han explicado el candidato autonómico, Enrique Vidal, y el secretario de Agricultura y Mundo Rural del PSPV de Castellón, Ramón Martínez, en el transcurso de la reunión que han mantenido con Intercoop. Además, desde el PSPV se presenta la iniciativa de elaborar y desarrollar un Plan de Reestructuración, Intercooperación e Integración de las Entidades de Oferta (cooperativas, organizaciones de productores, empresas de comercialización y/o exportación, etc), para superar la actual atomización e incentivar la acción cohesionada frente a la demanda.
En relación a esto, Vidal ha señalado que “la Agricultura, la Ganadería, la Pesca, el Comercio y la Industria Agroalimentaria, constituyen los subsectores básicos y representan, en conjunto, más del 16% del PIB valenciano, alrededor del 14% del empleo, el 24% del valor total de las exportaciones valencianas y se desarrolla en más del 60% del territorio”. Asimismo, el candidato socialista ha apuntado que “la agricultura valenciana se ha caracterizado tradicionalmente por su estructura atomizada, tanto en la producción como en la comercialización. El tamaño de las explotaciones y su dispersión parcelaria, la reducción sistemática del número de profesionales, y el escaso nivel de relevo generacional, colocan a la estructura de la producción en una posición de baja productividad y, claramente, de debilidad frente a la situación de los precios y de los mercados”. El elevado número de operadores comerciales, tanto cooperativas como comerciantes y exportadores privados, coloca las producciones valencianas en desventaja con respecto a la situación de los mercados internacionales y la distribución, provocando desequilibrios en la “cadena alimentaria”; “y repercute negativamente en los precios percibidos por los agricultores”, agrega Vidal.
Por su parte, Martínez ha denunciado que “la actual Política Agrícola Común (PAC) no favorece la estabilidad de los mercados para las frutas y hortalizas, que en conjunto representan más del 60% de la Producción Final Agraria Valenciana y la mayoría de las exportaciones agroalimentarias”.
Frente a estos y otros muchos problemas, “en los últimos 20 años el Gobierno Valenciano del Partido Popular ha permitido que la renta agraria cayera un 35%, que se abandonaran 35.000 hectáreas de cítricos; que el número de profesionales pasara de más de 85.000 a 11.000; que la edad media de los profesionales pasara de 48 a 64 años; que el número de ocupados en el sector agrario se redujera el 70% y que el tamaño medio de las explotaciones de regadío no supera la hectárea”, incide Martínez.
Finalmente, los socialistas han manifestado que “el número de operadores del comercio agroalimentario sigue siendo superior a 600, frente a la concentración de la demanda en no más de siete u ocho operadores; y la investigación y la transferencia de tecnología es una mera caricatura de lo que era, con un Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) totalmente abandonado”.