Marta Barrachina. Alcaldesa de Vall d’Alba y diputada provincial
El cierre total del sector de la hostelería y la restauración en toda la Comunitat Valenciana que ha decretado Ximo Puig es un gravísimo error por el que todos vamos a pagar un precio muy alto. Y es que no afecta únicamente a todos los hombres y mujeres que trabajan de manera directa en bares, restaurantes y cafeterías; sino también a incontables familias cuyo sustento depende de los sectores auxiliares.
Puig podía haber imitado a Nuñez Feijóo, y haberse presentado ante el sector de la hostelería y de la restauración con una propuesta de apoyo económico que permita la permanencia de estas empresas una vez superada la pandemia. Pero no, el presidente de la Generalitat Valenciana se ha limitado a obligarles a bajar la persiana de un día para otro, sin más compensación que la pequeña limosna que suponen las Ayudas Paréntesis del Plan Resistir, lo que es, prácticamente, condenar a estos pequeños empresarios y autónomos a una asfixia que puede significar su cierre definitivo y la destrucción de muchos puestos de trabajo. Una elevadísima factura que no nos podemos permitir.
Por eso, en el Ayuntamiento de Vall d’Alba nos volvemos a poner al lado de nuestros vecinos para, en la medida de nuestras siempre escasas posibilidades, ayudar al sector de la hostelería y la restauración. De este modo, los 20 empresarios de la restauración de Vall d’Alba se han podido beneficiar de una ayuda de 1.000 euros a fondo perdido.
Y Vall d’Alba no es una excepción. Otros muchos municipios gobernados por el PP también han adoptado medidas similares, como es el caso, por ejemplo, de Onda, Moncofa o Sant Joan de Moró. Y es que nosotros, los populares, gobernamos por y para las personas. Nosotros velamos por el presente y el futuro de nuestros vecinos.
