Ecologistas y bienestar animal son conceptos incompatibles, en muchos casos. Y es que existe una corriente que apuesta por dejar a los animales campar a sus anchas sin el más mínimo control, ya saben… “que la naturaleza siga su curso”. Y esa errónea política nos ha llevado a tener que convivir con jabalíes en cualquier zona o toparnos en las carreteras con cabras hispánicas… Es preciso mantener un equilibrio para que los humanos y los animales podamos ocupar nuestro espacio con seguridad porque los excesos de población animal son peligrosos para nosotros, por supuesto, pero también para ellos mismos…
Por eso, desde el Partido Popular de Castellón exigimos que se adopten medidas para frenar el avance de la sarna sarcóptica en la población de cabra hispánica de los municipios del norte de la provincia de Castellón. Solicitamos un análisis para determinar esta afección después de que las sociedades de cazadores hayan denunciado la muerte del 85% de ejemplares debido a esta enfermedad. ¿Y qué hacen los ecologistas y los animalistas ante esta enfermedad tan cruel para los animales? Pues, sencillamente, guardan silencio y miran hacia otro lado.
La Conselleria de Agricultura es la responsable por la nula gestión del problema y la tardanza en adoptar medidas. Por ello, desde el PPCS reivindicamos acciones que frenen el avance de la sarna, que deja graves problemas económicos en poblaciones del norte de la provincia, como es el caso de Xert. Generalitat debe escuchar a los municipios y a las sociedades de cazadores porque son los que conocen y sufren la realidad de esta enfermedad y sus consecuencias en el territorio, por eso pedimos más consenso y gestión para todos los afectados. Y la única manera de mantener a raya esta enfermedad es controlando la densidad de población de animales.
El problema no es nuevo. No es de ahora. La cosa viene de tiempo atrás… Hace ya mucho tiempo que la Conselleria de Agricultura hubiera tenido que dar una solución a todos los municipios afectados por la sarna en las cabras hispánicas. Esta enfermedad está perjudicando muy gravemente a numerosos cotos de caza, comprometiendo no solo su viabilidad, sino también la economía de muchos municipios y comarcas. En definitiva, perjudica al sustento de muchas familias castellonenses. Y por eso no podemos esperar más. Hay que actuar ya y de manera efectiva. Para garantizar el bienestar animal y el futuro de nuestros pueblos del interior.