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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:13

Que no, que no

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Vicente Cornelles

Cuando la Gaiata como monumento va camino de convertirse en Bien de Interés Cultural, y ser marca de ciudad, un nuevo varapalo amenaza acecha a las Comisiones de sector.

El Patronato Municipal de Fiestas lanza la propuesta de ampliar a otros colectivos festeros (collas y entes vinculados) las candidaturas de Reina y Damas de la Ciudad, hasta ahora patrimonio, por derecho propio, de las asociaciones esenciales y fundamentales de las fiestas de la Magdalena que, no lo olvidemos, son las únicas que trabajan y mucho por la esencia de los festejos magdaleneros.

Son las Gaiatas, y no otras opciones, las que eligieron los padres fundadores de las fiestas en 1945 para dinamizar social y festivamente el barrio.

Desde la llegada al Ayuntamiento de los socialistas y sus adlateres sectarios, las asociaciones de luz han ido apagándose con los argumentos tan manidos del PSOE local de que la Magdalena es una fiesta franquista y su vinculación a la religión (lo que huele a cera e incienso les entra sarpullidos).

Habrá que preguntarle al dormilón concejal de Fiestas que, aparte de que no entiende de las fiestas mayores de la ciudad, y solo muestra su querencia hacia las collas, que muy poco o nada aportan a una tradición que se remonta a la época medieval; tan sólo un desfile de disfraces, los 'cutrecarros' que no hacen más que molestar, y eso si, 'bebercio' a mansalva y algún coma etílico.

Una visión de la fiesta de 'cacaus i tramussos' que no responde al sello de fiestas de Interés Turístico Internacional de nuestra Magdalena.

Culpa también de la Gestora de Gaiates con sus silencios unipersonales, más pendientes de las subvenciones y de asegurarse un puesto de Dama de la Ciudad que, si Dios no lo remedia, ahora lo tendrán más difícil.

Nunca han sido valientes para ejercer acciones más contundentes para defender su personalidad en aras de una falsa unión festiva (la elección de la Federación de Colles como Gaiater de l'Any fue un caballo de Troya envenenado). Unas collas, que nunca han hecho una Gaiata monumental y han despreciado siempre a los sectores sin apenas voluntad de colaborar con ellas.

Y, con ello, el escaso aprecio de la alcaldesa hacia los actos magdaleneros.