Rafa Mezquita. Periodista de Castellón Información y profesor en la Universitat Jaume I.
Barra libre, sí. Y patente de corso, también.
Hace poco menos de un mes se dictaminaba el fin de las mascarillas al aire libre por parte del Gobierno Central, una decisión que algunos ya habían decidido anticipar. Más que nada porque nunca se han puesto una. Es una falta de responsabilidad, pero también una grave falta de compromiso con la sociedad y sobre todo un acto de incivismo que no sé yo hasta que punto se ha visto perseguido.
No les engaño si les explico que en Vila-real, donde resido, he visto a más de uno y de dos fumando en terrazas de restauración sin recibir ni un aviso del propietario. Pero es que la mente humana tiene la capacidad de llegar a unos límites insospechados. Les voy a contar una anécdota que de verdad de la buena es real. Una mujer, tras el aviso del encargado del local de restauración al estar fumando muy cerca de los comensales que compartían mesa con ella, se sacó un metro del bolso para indicarle al camarero en cuestión que estaba respetando el límite de 1,5 metros. Matemáticamente esa señora tenía razón, pero a lo mejor no se había percatado de que se encontraba en una terraza de la avenida más transitada de la ciudad.
Ahora están pensando ustedes, ¿y por qué Rafa nos cuenta estas batallitas?. Pues bien, me quería centrar sobre todo en el hecho de las nuevas restricciones de la Generalitat. Vaya por delante que estoy totalmente a favor del último dictamen. Hay que atajar ya los contagios como sea. Pero, lo que más me chirría es...¿no se habían dado cuenta de que esto podía pasar?
Y aquí entran en juego las barras libres. Si a una sociedad que has tenido cerrada a cal y canto (lo que tocaba) para contener una pandemia, ha cumplido --generalmente--con las normas y ha contado con la incidencia más baja de toda Europa, de repente le das la barra libre premium, pues está claro que va a haber un descontrol.
El presidente de la Generalitat sacó pecho en ese momento y ahora ha tenido que recular tras dar este paso adelante.
Si el fin de las mascarillas en exteriores, la patente de corso del que fuma en la mesa y en la calle en la cara de todos los demás, la temporada alta del turismo y de las BBC (Bodas, bautizos y comuniones) y la apertura del ocio nocturno, no eran motivos para ver que esto no iba a ir bien, pues no sé yo que expertos son los que asesoran a los dirigentes. Tal vez, habría que haber esperado un poco más, como mínimo a tener a todos los mayores de 60 vacunados, a los que todavía falta una dosis de Astrazenca en su gran mayoría.
Menos mal, que este repunte, al menos en la provincia de Castellón no ha disparado ni las hospitalizaciones ni la presencia en las UCI. Como publicamos ayer en Castellón Información, la incidencia entre los jóvenes es siete veces mayor que entre los mayores de 60. Ojalá las nuevas decisiones nos dejen un final de julio más tranquilo.