Recuerda que Zapatero adjudicó en abril de 2011 la redacción de los proyectos constructivos de los 3 tramos que faltan de la futura A-7 y que Rajoy los paralizó nada más llegar a La Moncloa
Castellón Información
El diputado socialista por Castellón, Artemi Rallo, cree que ya se puede ir haciendo una comparación entre lo que supusieron los 7 años y medio de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y los casi 6 que Rajoy pronto va a cumplir. Y si nos centramos en el capítulo de carreteras "la verdad es que no hay color entre un mandato y otro".
Recuerda que entre abril de 2004 y diciembre de 2011 las conexiones por carretera hacia el sur "experimentaron un impulso sin precedentes" porque Zapatero hizo posible la conexión por autovía gratuita sin peaje entre Castellón y Valencia, "al solucionar una de las patatas calientes que nos dejó Aznar, con aquel atasco infernal e interminable que se producía entre Almenara y Sagunto". En aquel tiempo, añade, "los castellonenses que iban hacia Valencia o Madrid no tenían más remedio que coger la autopista y pagar o desesperarse en un atasco que nunca terminaba, en el que según los días se podían perder 30, 40 y 50 minutos, además de la paciencia y los nervios de los conductores". Sin embargo, gracias a aquella obra, desde marzo de 2007 es posible ir a Madrid en solo 4 horas y todo el tiempo por autovía.
Donde también echó el resto el Gobierno de Zapatero fue en la A-23, la autovía Mudéjar, la que conecta la Comunidad Valenciana con Aragón y con la frontera con Francia, "una vía que inició Felipe González y que en tiempos de Aznar avanzó a ritmo de tortuga".
Fue Zapatero, recuerda el diputado socialista, "el que puso velocidad de crucero en el proceso constructivo de esta autovía que nos ha puesto a 3 horas y 40 minutos de Zaragoza abriendo una vía de acceso a Castellón segura y rápida para los turistas que nos visitan desde Aragón, Castilla y León, País Vasco y Cantabria". Una infraestructura que puso fin a aquellos interminables trayectos por la N-234, siempre repleta de camiones pesados, en la que adelantar era poner en riesgo la vida".
Y para que no faltara de nada, Zapatero también puso en servicio los accesos al puerto de Castellón.
Pero ZP no se quedó ahí. También puso las bases para solucionar los problemas de conectividad desde Castellón hacia el Norte. "Intentó desdoblar la N-340 entre Castellón capital y Oropesa pero resultó imposible por la irracional oposición que realizó el entonces alcalde de Castellón, Alberto Fabra, por una supuesta afección a La Magdalena que solo él veía".
Y en abril de 2011, el Gobierno socialista adjudicó la redacción de los proyectos de construcción de los tres tramos que están pendientes de la futura A-7 entre Vilanova d'Alcolea y la provincia de Tarragona. "Lo que hizo Rajoy al llegar a La Moncloa es de sobra conocido por todos: sacar la tijera y cargarse esta obra vital para la seguridad vial en el Norte de la provincia".
Zapatero hizo bien una cosa más: resistió las importantes presiones que sufrió desde Catalunya para que la salida al Mediterráneo de la A-68, la autovía que debía ser la duplicación de la N-232, fuera por la Jana y Vinaròs y no por la provincia de Tarragona". Esta decisión resultó importantísima en su momento porque significaba que los turistas que tomaran esa vía desde Cantabria, País Vasco, La Rioja, Navarra y Aragón, pasarían por Els Ports y se toparían con el mar en el Baix Maestrat. Lo malo, dice Artemi Rallo, es que "en diciembre de "2011 llegó Rajoy y también se cargó la A-68, otro proyecto paralizado por el actual presidente del Gobierno".
No obstante, los socialistas volveremos a presentar enmiendas en el debate de Presupuestos de 2018 "porque necesitamos carreteras más seguras que eviten la siniestralidad, que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos, así como sus posibilidades económicas. Esperamos que el Gobierno del PP no vuelva a hacer oídos sordos y que esta vez las atienda".