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La Residencia de ancianos de Cáritas en Burriana celebra esta tarde, jueves 18 de junio, cincuenta años de existencia con una misa presidida por el obispo de la diócesis Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente.
En la ceremonia participarán los residentes, como Epifanía, que en abril cumplió cien años, Fina, que ingresó después de haber sido la cocinera, o el sacerdote Víctor Roca. Marcada por el estilo de Cáritas, la atención en este centro se caracteriza por “la humanidad y la cercanía”, como explica Pilar de Miguel, directora de Caritas interparroquial.
La casa se abrió con nueve ancianos, cinco hombres y cuatro mujeres, que estaban atendidos por las hermanas de la Consolación, durante muchos años al servicio de la residencia. Actualmente se dispone de 54 habitaciones individuales y todas están llenas. Junto con el número, también ha evolucionado la manera de comprender el servicio: “Hasta hace diez años se hablaba de asilo, pero ahora se concibe como un centro residencial en el que el anciano es el protagonista de la casa y para el que se organizan múltiples actividades”, explica Patricia Marcos, directora del centro.
La atención integral cuenta, además de fisioterapeutas, psicólogos, trabajadores sociales y animadores socioculturales, con un programa de pastoral que asegura los servicios religiosos y el acompañamiento hasta el último momento. En este contexto, Epifanía asegura que con cien años ya ha vivido mucho, pero que sigue siendo feliz por cómo la tratan en la residencia y por las visitas de su hija. Fina lo ratifica: “Cada una lleva sus crucecitas, pero ¡sí, a mis 76 años soy feliz gracias a Dios!”.