Manifestaciones a favor y en contra con un fuerte dispositivo policial de la Policía Nacional
La cruz latina del Ribalta ha sido retirada esta tarde noche después de una larga jornada de espera con múltiples incidentes. Retirar la cruz ha sido muy costoso, se han roto algunas herramientas, ha habido que esperar la llegada de nuevos dispositivos y el corte del monumento, por la base no ha estado exento de problemas.
Defensores y detractores de la Cruz del Ribalta se daban cita esta mañana para protestar o apoyar la retirada del monumento de su emplazamiento en el parque.
Aunque el ayuntamiento aseguró repetidamente que anunciaría con tiempo el día en que se iba a realizar esta retirada, el proceso se llevó con un extremo secretismo, hasta el punto de que el pasado lunes, cuando ya corrían los rumores cobre el cómo y el cuándo, la entidad municipal mantenía su callada por respuesta. Las señales de tráfico que anunciaban la prohibición de estacionar durante los días 3 y 4 confirmaban lo que la entidad municipal callaba.
Según lo previsto, los primeros preparativos se iniciaron ayer, tal como pudo contar Castellón Información. Vallado del recinto, retirada del bordillo, desmontaje del parterre para que pudieran entrar las máquinas.
Todo estaba dispuesto para que esta mañana, a primera hora, comenzaran los trabajos de retirada de la cruz.
Y aquí ya hubo no solo aviso oficial, sino un fuerte dispositivo policial en el que se recurrió a las Fuerzas de Seguridad Nacional para formar cordones policiales que no dejaban pasar ni a los medios de comunicación.
La gente era desalojada del Paseo Ribalta, por donde siguió circulando el tráfico durante todo el día.
El procedimiento de la retirada
El procedimiento para la retirada de la Cruz llevó muchas horas. Primero se construyó un armazón de madera con el que fueron forrados los cantos de la totalidad de la Cruz, y no fue tarea fácil.
Hasta pasado el mediodía no comenzaron los trabajos para despejar la base del monumento a base de martillazos y herramientas para agujerear el cimiento que la sujetaba. Hubo rotura de maquinaria, imprevistos que obligaron a reponer parte de los utensilios que se utilizaba.
Con la cruz amarrada con bridas a un camión pluma, se instaló una máquina que debía cortar la base. La Cruz del Ribalta se resistió hasta romper varios de los dispositivos que cortaban la piedra.
Finalmente, sobre las 18:30 horas, ya de noche, la cruz se desprendía del suelo y quedaba colgando de la grúa pluma que poco a poco la desplazó hasta el camión grúa que aguardaba desde el día anterior hasta depositarla en él. Mientras se realizaron estos últimos pasos se escucharon varios chasquidos… ¿Estaba entera la cruz o había sufrido desperfectos?
Manifestaciones en contra de la retirada de la Cruz
En torno a las 12:00 horas del mediodía más de un centenar de personas se manifestaban, la mayoría de ellos en contra de la retirada de la Cruz del Parque Ribalta. Entre los congregados, muchas personas mayores y no tan mayores, militantes y representantes de VOX, Ciudadanos y del PP, y Abogados Cristianos. Esta fundación esperó hasta el último momento a que el juzgado admitiera su petición de medidas cautelares para paralizar el proceso.
Pero no lo consiguieron. Sus representantes realizaron declaraciones en contra de la retirada del monumento, que “no molestaba a nadie”, y anunciaban más recursos judiciales para luchar contra la retirada de cruces en el territorio de la Comunitat valenciana.
La portavoz del Grupo Municipal Popular, Begoña Carrasco también compadecía ante los medios de comunicación para criticar la decisión del equipo de gobierno de quitar a Cruz del Parque Ribalta. “A los castellonenses lo que les importa es poder llegar a final de mes, no que se quite la cruz o que se traslade a otro sitio”.
En sus declaraciones, Carrasco también hizo alusión a un monumento que si bien es cierto que se levantó tras la guerra Civil para conmemorar a las víctimas del franquismo, fue resignificado por el primer ayuntamiento democrático de Castelló. Allí el consenso de todos los concejales y de todas las tendencias, decidió modificar la identidad de la Cruz para que se convirtiera en un homenaje a todos los caídos por la violencia de la guerra Civil, de uno y otro bando.
Un acuerdo plenario que después otro pleno, por mayoría, tumbaba y rectificaba para sacar la cruz del Parque de Ribalta.
A medida que pasaban las horas mientras se realizaban los preparativos para quitar el monumento, la gente gritaba consignas a favor de España, y algunos rezaban oraciones al pie de la cruz.
Hubo un incidente cuando algunas personas se presentaron con una pancarta en la que se leía 'Feliç ofensiva', y se declaraban antifascistas. No llegó a mayores.
Manifestaciones a favor de la retirada de la cruz
Hasta allí acudieron también concejales del equipo de gobierno de Castelló, los del PSOE, Podem y Compromís.
Poco a poco, muchos de los defensores de la cruz marcharon a sus casas, pero los detractores del monumento aumentaban en número.
José Luís López (PSOE) y Verónica Ruiz (Compromís), fueron recibidos con aplausos por los suyos. En sus declaraciones volvieron a reiterar lo indicado ya otras muchas veces, que era un monumento franquista, que tenían de su parte a la Ley de Memoria Democrática y que se habían cumplido todos los procedimientos legales para sacar de allí la Cruz del Ribalta. Sería entregada al Obispado e instalada en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva.
Seguían pasando las horas, la cruz se resistía, aumentaba la presión. Los medios de comunicación esperaban poder sacar la imagen de la jornada, la cruz levantada en el aire…
Pero hasta pasadas las 18:30 horas de la tarde no se consiguió el objetivo. Cuando la cruz se desprendió de la base los detractores de la cruz prorrumpieron en aplausos y se hacían ‘selfis’ (autorretratos) con la cruz izada como fondo. Muchos de ellos comenzaron a gritar: “Que se caiga, que se caiga”. Otros acompañaron estas exclamaciones con otras parecidas, pero en valenciano.
Para entonces era ya noche completa y los seguidores de Compromís, PSOE y Podem aplaudían y se abrazaban en la calle.
Fuentes municipales confirmaron que el programa continuaba según lo previsto: el traslado de la cruz hasta el barrio de Rafalafena para ser izada de nuevo en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva.