El President de la Generalitat, Alberto Fabra, ha participando en la tradicional Romería de Les Canyes de Castellón junto a las autoridades castellonenses encabezadas por el alcalde de la ciudad, Alfonso Bataller, y el presidente de la Diputación, Javier Moliner, así como las reinas de las fiestas Cristina Pastor y Laura Turch. El President ha destacado que hoy, con La Romería, "es el día grande de Castellón, en el que todos juntos hacemos un camino largo y difícil, pero mirando a un futuro que seguro será mejor".
Cuando apenas si habían empezado a lucir los primeros rayos de un tímido sol que se abría paso entre la niebla de la húmeda mañana, el estallido de carcasas y el sonido de campanas al vuelo, llamaba a los castellonenses a saltar de la cama para iniciar la liturgia de enfundarse la opa cómoda que les permitiese hacer el camino desde sus casas a la blanca ermita de la Magdalena, tras un breve paso por la Plaza Mayor, centro y corazón de la ciudad para proveerse de la obligada caña verde coronada por la verde cinta que es complemento indispensable; como lo es también la bota con el vinillo que caliente en las primeras horas y reconforte tras el almuerzo.
La Plaza Mayor se comenzó a llenar de romeros que recogían sus cañas para el camino y formaban los tradicionales grupos mientras la Colla de Dolçainer y la Banda Municipal ponían la música al inicio de la romería que se producía puntual cuando se abría la puerta principal de la concatedral de Santa María, invitando a que la ciudad, representada por su corporación municipal bajo mazas, con toda la solemnidad del caso, se acercase para invitar a los representantes religiosos a unirse a la romería.
En este caso el sol pugnaba por abrirse paso entre las nubes de forma que no se producía ese milagro de la primera luz de la mañana, dando un aspecto muy especial a la mañana de Castellón. Pero no importaba, porque había indicios de lluvia y los ciudadanos estaban deseosos de participar en el acto central de las Fiestas de la Magdalena; s verdadera razón de ser.
Y echaba a andar la Romería en la que se integraban ciudadanos de toda clase y condición formando las tradicionales ‘colles’ que alegremente tomaban el camino de la ermita siguiendo la invitación a interpretar las canciones tradicionales, a explicar los por qués de la Romería a quienes venían de otras ciudades para que llegados otra vez a las mismas, pudieran constituirse en transmisores de lo que aquí había visto.
Entre los romeros, el propio president de la Generalitat, Alberto Fabra, que en esta ocasión ejercí de castellonero juntos con distintos consellers y exconsellers del gobierno de la Generalitat y también al líder del primer partido de la oposición, el morellano Ximo Puig. Y muchas, muchas personas conocidas que vuelven a verse y saludarse con aquello de “On vas? A la Magdalena!!!”
Y luego todo el ritual que se va cumpliendo paso a paso.
Almuerzo en Sant Roc de Canet tras haber recibido la llegada de la romería de quienes partieron del Grao de Castellón, en el puente cercano a esta ermita entrañable. Allí ‘la figa i doset’, la tradición dice que hay que tocar la campanita de la ermita y la anécdota está relacionada con la rotura de la cuerda que lo hace posible, pronto sustituida.
Y el retorno al camino, la llegada a la ermita de la Magdalena subiendo por el zigzagueante camino para asistir a la misa, almuerzo y juegos con los compañeros de camino, ‘mascletà’, paella monumental y comentario tras la comida para prepararse a la tradicional ‘torná’ que que, a través del Caminàs, nos vuelve a dejar en Castellón a la caída del sol, después e haber hecho ‘estación’ en Sant Roc de Canet y luego en la basílica de la Mare de Deu del Lledó para llegar con las primeras sombras de la noche al ‘Forn del Plà’, donde ya estarán esperando las cofradías penitenciales de Castellón: la de Santa María Magdalena, la del Cristo de Medinaceli, la de la Paz y la Caridad, con los cuatro ‘carros triunfales’ que representan estampas de la vida de Santa María Magdalena y la de la Santísima Sangre de Jesús, con quienes desfila el Colegio Apostólico, así como las tres Marías con San Juan, quienes escenifican uno de los ‘cuadros’ más entrañables de las Fiestas de la Magdalena: ‘les tres caigudes’.
Y luego el desfile de las Gaiatas, con el protagonismo de las Comisiones de Sector y es posible que con la falta de alguna de las Bandas de Música que acompañan el desfile de éstas. Son cosas de la crisis. No hay dinero para bandas… ¡Qué pena! El desfile de gaiatas sin música en directo, quizás con música “enlatada”, no es lo mismo… Habrá que solucionar estos aspectos, a nuestro modo de ver, fundamentales.