Nula autocrítica. El president del Consell, Alberto Fabra, se ha escudado hoy en la necesidad de mantener servicios sociales para justificar el cierre de RTVV. Según Fabra esta medida es "innegociable" ya que ahora "es inasumible el coste que tenía este canal hace tres años".
El president, que asegura haber tomado su "decisión más difícil, pero la única posible", ha admitido que el ERE para despedir a un millar de empleados se hizo mal, tras la sentencia en la que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana lo anula, y que ha motivado el cierre de la televisión autonómica. Sin embargo, ha echado todas las culpas a la directora de RTVV, Rosa Vidal, que ayer mismo dimitía en desacuerdo con la decisión del Consell.
Fabra también ha culpado a los sindicatos de no haber tenido voluntad de negociar el ERE, cuando los periodistas le han recordado que los sindicatos y los trabajadores sí propusieron alternativas para evitar llegar a esta situación. Por contra, no ha reconocido ningún tipo de responsabilidad política por parte del Consell en su gestión del ERE o de RTVV durante los últimos dos años, y menos aún durante los anteriores gobiernos del PP en la Comunitat, que han provocado la actual deuda del ente. Ni siquiera ha admitido alguna responsabilidad por parte de Garrigues, la empresa que cobró por preparar el ERE.
El president se ha agarrado al mantra de los servicios sociales, manifestando que "no voy a cerrar un hospital o un colegio para mantener RTVV". A pesar de ello, ha reconocido desconocer el montante económico que supondrá el cierre del canal, que podría demorarse un par de meses, dado que el Consell tendrá que derogar la ley de creación del nuevo ente que dio lugar a la renovación del canal bajo la denominación Nou, además de tramitar el expediente de extinción de empleo para todos los trabajadores.
Mientras, los periodistas de la casa siguen dispuestos a seguir trabajando y en estos momentos Nou continúa con sus emisiones.