El ya extécnico del Castellón habla después de su destitución como máximo responsable de la plantilla de la escuadra castellonense, tras cinco meses "muy intensos" de trabajo
Rubén Torrecilla habló tras su destitución como entrenador del Castellón. Un despido que se produjo el pasado domingo sobre las 21.30 horas, tras empatar su equipo contra la Real Sociedad B en Castalia (1-1). En los micrófonos de Radio Castellón reconoció que "estoy muy jodido, mental y físicamente, por el varapalo que he recibido".
Dice, precipitadamente, adiós al banquillo de la escuadra de la capital de la Plana donde ha estado los cinco últimos meses y que ha vivido "con mucha intensidad" para hacer un equipo después de un verano convulso de muchos cambios en el club. "Cuesta recuperarte después de una hostia como la que he recibido. No queda otra que descansar, recuperarse y resetearse", aseveró.
Precisó Rubén Torrecilla que antes del partido contra la Real Sociedad B ya sabía que recibiría una llamada del club tras finalizar ese partido contra el filial donostiarra. "Pensé que sería para hablar del tema de refuerzos para el mercado de invierno, pero en realidad fue para decirme que ya no era el entrenador del Castellón, por lo que la sorpresa fue mayúscula", dijo el preparador extremeño en la emisora castellonense.
En esa llamada no le dieron más explicaciones de su despido que el objetivo del club de cambiar la dinámica de trabajo del equipo. Destitución que llegó en plena plaga de lesiones en la plantilla y de un bache de resultados de tres derrotas y dos empates. "Ni antes éramos tan buenos ni ahora tan malos. Hemos tenido muchas bajas y algunos arbitrajes que nos han perjudicado en varias jugadas puntuales", señaló.
Muestras de apoyo
Rubén Torrecilla se mostró "sorprendido" por la gran cantidad de mensajes de apoyo que ha recibido en las últimas horas. "Muchos de los mensajes me han hecho saltar las lágrimas. Jugadores, miembros del cuerpo técnico, amigos,... muestras de apoyos de todos", apuntó. "Se pone punto y final de forma sorprendente. Habíamos formado un equipo con muy poco tiempo y éramos todos una piña", finalizó.
