La vacunación de la Covid abre una caza de brujas que no distingue entre los oportunistas y las personas honestas
El alcalde de Villahermosa del Río, Luis Rubio se sorprendía con amargura al conocer a través de un medio de comunicación que también se le señalaba a él acusándole de haberse ‘colado’ y haber recibido la vacunación de la Covid abusando de su cargo público. "No abusé de mi cargo, ni me colé, ni sobraba ninguna dosis, me vacuné porque estaba en el listado de Salud Pública con nombre y apellidos". En la primera ola Rubio pasó 30 días trabajando en la Residencia de Tercera Edad para cubrir la falta de la plantilla que estaba contagiada. "¿Por qué no me llamaron entonces?"
Castellón Información
El alcalde de Villahermosa del Río, Luis Rubio se sorprendía con amargura al conocer a través de un medio de comunicación que también se le señalaba a él acusándole de haberse ‘colado’ y haber recibido la vacunación de la Covid abusando de su cargo público. Y no ha sido así.
Para empezar, cabría comenzar esta historia con un comentario sobre la localidad de Villahermosa del Río. Para quien no lo conozca, se trata de un municipio pequeño, situado en el interior de la provincia que linda con la provincia de Teruel. Apenas tiene 500 habitantes, y cuenta con una residencia de mayores con algo más de 60 plazas.
Su alcalde se llama Luís Rubio, afiliado al Partido Popular y durante algunos años, diputado provincial y además, delegado del Consorcio Provincial de Bomberos.
Pero no cabe llamarse a engaño, ser alcalde de un municipio como Villahermosa no da la prestancia que puede dar el cargo a los primeros ediles de las ciudades. Como muchos alcaldes de pueblos pequeños es un hombre que trabaja y que además se dedica a su municipio. Con 500 habitantes es difícil que el alcalde Luís Rubio pueda tener un sueldo enorme o una gran cantidad de ‘privilegios’.
Pero si, es cierto, que es un hombre respetado que mantenía contacto directo con otras autoridades políticas de la Generalitat, entre ellos con su presidente, y con algunos altos cargos del PSOE. Y eso es porque siempre se le ha tenido como un hombre honesto, razonable y con disposición a echar una mano cuando se le ha necesitado.
En lo peor de la primera ola de la pandemia, la residencia de Villahermosa fue una de las más afectadas por la Covid. Como administrador de la residencia y con un tercio de la plantilla en activo, Rubio pasó 30 días seguidos en la residencia trabajando como uno más en todas las tareas que se necesitaban: “desde fregar suelos hasta limpiar culos”.
Era lo normal. En un municipio de semejante tamaño poblacional y con las mismas subvenciones que reciben residencias de otros municipios más grandes, no había dinero para poder contratar más personal externo o un gerente.
Nadie lo llamó entonces para preguntarle. Nadie comentó su historia porque lo que hiciera era cosa de él. Y si Luís Rubia pasó 30 días trabajando como uno más dentro de la residencia fue porque así lo quiso, y sobre todo, porque así consideraba que debía de hacerlo.
Por esta razón, ahora que con las vacunaciones se ha abierto también la caza de brujas de ‘los oportunistas’ que aprovechan su cargo para vacunarse, Luis Rubio se ha encontrado en el ojo del huracán y en el punto de mira de algunos medios de comunicación y de otros partidos políticos.
“Si, es cierto, me vacuné”, manifestaba a Castellón Información. Y no fue porque sobrara ninguna dosis, ni porque abusara de su cargo para inmunizarse, ni porque influyera para que se le tuviera en cuenta. Con las pautas que dio Sanidad, desde Salud Pública llegó el listado de las personas que se tenían que vacunar, y entre ellos me encontraba yo, con mi Sip, con mi nombre y mis apellidos”.
Así es que Luís Rubio se vacunó.
Fue después cuando comenzaron a publicarse las acciones de otras personas que, abusando de su cargo o de su posición también se han vacunado, cuando se dio cuenta que irían también a por él. Y es ahora, cuando la noticia ha saltado a los medios de comunicación, cuando exclama con amargura: “Yo no he abusado de ningún cargo, no le he pedido a nadie que me incluyera en ese listado. Lo enviaron desde Salud pública y yo solo hice lo que se me indicaba”. Así de simple y sin engaños. Pero no deja de preguntarse: "¿Por qué no me llamaron cuando estaba en la residencia durante aquella primera ola y si me critican ahora sin conocer los datos?"
Así son las cosas