Casimiro López. Obispo de Segorbe-Castellón.
Este domingo es la fiesta de nuestro Patrono diocesano, san Pascual. Coincide con la celebración de la pascua del enfermo. Ambas están marcadas este año por la pandemia del Covid-19, que tanto sufrimiento está causando. En un momento tan doloroso resuenan las palabras de Jesús: “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mt 11,28). Jesús invita a todos a acudir a él, siempre y de modo especial en estos momentos de tribulación, en busca de esperanza, de consuelo y de alivio.
Jesús llama a volver el corazón e ir a Él, a profundizar en el misterio de su persona y a participar de su Pascua. Así se avivará la esperanza que no defrauda. Aliviados por Cristo podremos acompañar a cuantos sufren por esta pandemia con la esperanza que procede de Cristo resucitado. Con esas palabras, Jesús muestra su solidaridad con una humanidad afligida y sufriente, desconcertada y temerosa. Jesús dice a todos que acudan a Él y les promete alivio y consuelo. El Señor Resucitado sale hoy a nuestro encuentro. Nada ni nadie nos podrá ya separar del amor de Dios, manifestado en Cristo, muerto y resucitado para la vida del mundo. El Señor nos interpela y, en medio de la tragedia, nos invita a dejarnos encontrar y amar y aliviar por Él; esto activa en nosotros la caridad, la solidaridad y la esperanza capaz de contener y dar sentido a estas horas donde todo parece naufragar.
Como patrono nuestro, Pascual es guía, intercesor y ejemplo. Su vida y su legado son en esta situación de crisis de enorme actualidad. Él nos muestra que es hermoso y necesario acoger la invitación de Cristo para ir a Él y encontrar alivio en nuestro cansancio y agobio. Esta invitación sólo la acogen los sencillos y humildes, como Pascual; los que reconocen su fragilidad y finitud; los que se abren a la necesidad de contar con Dios y su amor en su vida, en la historia humana y en un futuro con esperanza. Para Pascual, el lugar por excelencia de ese encuentro con Cristo es la Eucaristía; se deja amar por Cristo en la Eucaristía: y ese amor le trasforma y le lleva a entregarse al servicio de los hambrientos y sedientos, de los que sufren soledad o enfermedad.
Pascual nos invita hoy a redoblar nuestra generosidad. Se necesitan corazones generosos como el de Pascual para salir al paso de tantas necesidades presentes y futuras. Es el mensaje que de Pascual en el día de su fiesta. ¡Que él nos guie e interceda por nosotros en estos momentos de pandemia y de crisis humana, económica y social!