La UNIÓ pedirá ayudas y medidas para estos sectores y analizará la situación de otros para ir incorporándolos si se alarga la situación
Castellón Información
No es oro todo lo que reluce para el sector agrario de la Comunitat Valenciana en esta crisis del COVID-19. LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders señala que la crisis sanitaria por el coronavirus deja una serie de sectores perjudicados, tras los primeros días desde la aplicación del estado de alarma, como es el caso de los agricultores que producen para el canal HORECA (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías) y mercados no sedentarios (mercados callejeros), los ganaderos de ovino-caprino y los productores de flores y plantas ornamentales, entre otros. La organización agraria está recabando toda la información y pedirá ayudas para todos ellos con objeto de paliar las cuantiosas pérdidas que van a tener.
Los productores que servían para el canal HORECA, así como comedores o para los mercados no sedentarios, muchos de ellos de hortalizas, no tienen en estos momentos salida para sus producciones ante el cierre de los mismos y la cancelación de eventos. La gran mayoría tiene como salida a esta situación destruir sus producciones en los campos y los menos están haciendo reparto a domicilio, aunque está muy saturado y no se hace de la noche a la mañana.
Tienen una situación muy grave porque pueden trabajar, pero no vender. El problema ya no se da sólo con la producción actual y los ingresos que pueden perder, sino en lo que tienen que plantar para el futuro con la incógnita de desconocer cuándo volverá todo a la normalidad.
Otro sector, en este caso ganadero, que lo está pasando mal es el del ovino-caprino tanto de carne como de leche. La venta de corderos y cabritos ha descendido de una forma alarmante. Fuera del consumo de la restauración ante el cierre de restaurantes, el consumo en los hogares se decanta por otro tipo de carnes más baratas como el pollo o el cerdo. Tampoco les va mejor a los de ovino y caprino de leche cuya producción iba destinada a la elaboración de quesos o yogures y que se han quedado sin salida comercial ante el cierre de restaurantes y mercados ambulantes.
El sector de la flor y la planta ornamental es otro de los que más está sufriendo durante esta crisis del COVID-19 en la Comunitat Valenciana. Las ventas de estos sectores se concentran principalmente alrededor de la festividad de Todos los Santos y de marzo a mayo con numerosas fiestas en nuestro territorio como las Fallas o la Magdalena y la llegada de la primavera. La suspensión de todas ellas, el hecho de que los establecimientos de este tipo se encuentren cerrados en toda España y la cancelación de pedidos internacionales dejan en una situación alarmante a los productores con los viveros repletos que deberán destruir. Tampoco funcionan demasiado bien en medio de esta incertidumbre del comercio global sectores como el del vino o el aceite, entre otros muchos, con precios bajos para los productores.
LA UNIÓ continúa reclamando a las distintas Administraciones la apertura de la venta de productos agroalimentarios en los mercados no sedentarios, cumpliendo con las normas sanitarias exigidas. Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ, indica que "no hay que negar el papel tan importante de los supermercados en esta crisis, pero no puede ser en detrimento del pequeño comercio, de los mercados y de la producción artesanal. Debe haber espacio para todos".