El tipo de comercio de productos de segunda mano, todavía comenzando en la provincia, está cambiando la concepción de las ventas en un momento de crisis económica.
Al contrario de otras ciudades de Europa, y además de grandes capitales españolas, con una larga tradición en este tipo de comercios, en Castellón han proliferado las tiendas de segunda mano con la llegada de la crisis económica.
Cada vez con más frecuencia, es habitual encontrar bazares que ofrecen todo tipo de productos, desde ropa, pasando por libros, discos o incluso electrodomésticos. El único aspecto que comparten es que tienen historia, es decir, los compradores no los estrenarán, lo que para algunos es algo negativo, que lo ven como tienda “de cosas viejas”, no lo es para muchos otros que recurren a este tipo de tiendas para encontrar productos que ya no están en el mercado, y a los que llaman “vintage”. Es decir, dos tipos de clientes que, con motivos tan diferentes como ellos, son habituales en estas tiendas.
El baúl de los recuerdos
El ejemplo de este tipo de tiendas en la capital de La Plana, y a espera que aparezcan muchos otros, es la tienda ubicada en la avenida Burriana. Un comercio sin horario determinado y en el que en los últimos años ha aumentado sustancialmente el número de productos, algunos de ellos, ni mucho menos todos, expuestos en la propia acera de esta avenida. Es tan habitual encontrar clientes como vendedores, ya que además de ofrecer productos también se compran.
Aunque no recomendable para alérgicos, en este comercio, con un hilo musical continuo de la radio, se puede encontrar videos caseros de comuniones, botones o ‘tazos’, que en los 90 se regalaban en las bolsas de patatas. Parte del atractivo de esta tienda, haciendo caso omiso de su nombre, es la disposición del género. Como si de un sótano particular se tratara, los productos se amontonan en mesas y estanterías, sin seguir ningún tipo de orden lógico, por lo que, aunque con una idea concreta de lo que se busca, el cliente puede dedicar horas al hallazgo.
Ropa y complementos
La iniciativa ‘Roba Amiga’, instaurada en otras ciudades de España, y que en Castellón ha desarrollado la Fundación Tots Units, Cáritas y el consistorio, ha permitido no sólo reutilizar la ropa que previamente se ha depositado en contenedores, también emplea a personas en riesgo de exclusión social.
En la tienda de la avenida Valencia de Castellón los clientes pueden encontrar por sexos y tallas desde la ropa más informal y antigua, a los diseños más modernos y elegantes. Un comercio que, a pesar de lo que es, podría entenderse como un comercio habitual.
El mercado del lunes
Uno de los espacios que más ha caracterizado el comercio en la ciudad de Castellón ha sido el tradicional mercado del lunes, donde los clientes pueden encontrar desde frutas y verduras de la tierra, a zapatos y bisutería para todos los bolsillos.
Sin embargo, al igual que sucede en el resto de Castellón, en los últimos años los puestos que mayor atención captan son los de ropa de segunda mano. El éxito de encontrar una pieza que interese al cliente es directamente proporcional a su pericia para revolver entre la ropa, y en algunos casos también de su paciencia.
Los vendedores compran la ropa a peso lo que después les permite venderla desde un euro a tres. Abrigos, camisetas de hace un par de temporadas, disfraces de sevillanas o de león o incluso sombreros del ejército soviético.
Franquicias profesionales
En la capital de La Plana, concretamente en la calle Herrero, como en la mayor parte de las provincias españolas, existe ya una franquicia dedicada a la compra y venta de productos de segunda mano. Al contrario de las empresas citadas, esta gestiona, prácticamente en exclusiva, electrodomésticos, discos, libros, juegos, bicicletas, joyas e instrumentos de música.
Aunque también con precios competitivos, esta tienda, difiere del modelo de comercio de segunda mano que se ha instaurado en Castellón en los últimos años.
Lidia Vicente
