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Un dispositivo de cerca de 90 personas, entre efectivos de la Policía Local, Policía Nacional y Policía Autonómica velará por la seguridad durante los 10 días de fiestas de la Mare de Déu de Gràcia, que comienzan el día 2.
La Junta Local de Seguridad celebrada este viernes, que ha estado presidida por el alcalde, José Benlloch, y por el subdelegado del Gobierno en Castellón, David Barelles, ha perfilado los últimos detalles de un dispositivo de fiestas que este año hace especial énfasis en la seguridad en los actos multitudinarios y en los actos taurinos, donde dos agentes de la Policía Local –en lugar de uno- se incorporarán al equipo responsable de los actos taurinos. “El objetivo es doble: evitar que menores de edad, personas en edad avanzada y aficionados en malas condiciones para acceder al recinto de la vila por el consumo de alcohol u otras sustancias pongan en riesgo su vida, así como proteger y evitar el maltrato de los animales, cumpliendo con la normativa vigente”, explica Benlloch.
Asimismo, los agentes que se desplegarán sobre el terreno se encargarán de “garantizar una buena convivencia ciudadana y reprimir aquellas conductas que la imposibiliten, trabajando por conseguir la máxima seguridad para que los vecinos y visitantes disfruten”, añade, al tiempo que asegura que “serán dispositivos potentes, pero discretos, que se centrarán, especialmente, en lugares donde se realicen actos multitudinarios, como comidas o cenas de peñas o actuaciones”. En este sentido, el subdelegado del Gobierno ha destacado que una veintena de efectivos se encargará cada día de vigilar y prevenir los robos en viviendas y de seguir el plan antiterrorista marcado por el Gobierno, que en estos momentos se encuentra en el nivel 4 en todo el Estado, vigilando los lugares donde se produzcan grandes aglomeraciones de personas.
Además, el dispositivo tendrá otras funciones, como pueden ser la regulación del tráfico y garantizar el cumplimiento de la ordenanza de convivencia ciudadana y la normativa de ruidos, ya que, tal y como afirma Benlloch, “contamos con 300 peñas inscritas en un registro específico que sirve para controlar que los casales se encuentran en las mejores condiciones de habitabilidad y ofrecen los servicios básicos, un modelo que ahora están incorporando otras ciudades y municipios, por su gran utilidad”.
Por otro lado, Barelles, que ha hecho hincapié en la importancia de contar con diferentes cuerpos de seguridad coordinados, ha indicado que el número de infracciones penales del primer semestre de este año se han reducido en un 37,5% respecto al 2015 y que el índice se sitúa en Vila-real en 32 infracciones por cada 1.000 habitantes. “Muy por debajo de la media provincial y nacional de 45”, apunta, cifras “muy positivas” que atribuye a la creación, el pasado mes de febrero, de una comisión técnica de seguridad que “ha estrechado la colaboración y contacto entre Policía Nacional y Local”.
En otro orden de cosas, tanto Benlloch como Barelles han dado a conocer la entrada en funcionamiento del protocolo de actuación contra la violencia de género que se firmó en la última Junta Local de Seguridad, por la que el Ayuntamiento de Vila-real se comprometía a aportar a dos policías locales para el seguimiento y protección de las víctimas, al margen de los servicios que ya les presta el consistorio desde el área de Igualdad. Un total de cuatro mujeres de la ciudad reciben ya la ayuda de este equipo.
