La grieta ya ha sido rellenada con hormigón, mañana se realizará el asfaltado con alquitrán y, si no hay contratiempos, se abrirá el domingo
Continúan las reparaciones de la avenida Ferrandis Salvador, que enlaza el Grau de Castelló con la localidad de Benicàssim por la costa. Y, en consecuencia, también se mantiene cerrado el vial en dirección a Castellón, donde el tránsito se desvía por el lateral del Río Seco, mientras que la dirección Grau-Benicàssim se mantiene por la derecha.
Como ya relató Castellón Información, la cosa comenzó con un socavón y acabó con una zanja que cruzaba la calzada. Y todo eso después de comprobar que pese al parcheado de las brigadas el suelo se hundía.
Tal como explicaron fuentes municipales, lo que sucedió en realidad, no fue ninguna fuga de agua, sino un proceso natural que, inicialmente resultaba imprescindible.
Para ponerse en situación, cabe hacer un poco de historia. La desembocadura del Río Seco no ha existido ‘desde siempre’. El cauce del río llegaba abierto hasta la playa. La que si estaba canalizada era la acequia de la Travessera, que nace en el paraje del Molí la Font, y que transportaba el agua para verter en la playa.
Cuando se realizó la obra para la desecación y drenaje de la Marjalería que anteriormente estaba dedicada al arroz, se planteó como necesario también, canalizar la salida al mar del Río Seco, de forma que sus aguas no inundaran el delta del cauce.
Según fuentes consultadas, allí debía haber un paso superior sobre la acequia travesera, más antiguo y diferente al que finalmente cruzaba el Río Seco cuando se encauzó la parte final. Ambos cauces vierten al mar en paralelo en la misma zona de la playa, y para facilitar el paso, el ‘nuevo’’ puente del Río Seco creó una sola plataforma sobre los dos cauces.
Las paredes de los dos puentes presentaban un ‘vacío’ que se rellenó con material de escombros. Y es precisamente ahí donde se produjo el hundimiento de la calzada durante la jornada de ayer.
Así quedó al descubierto cuando, después de ver como cada parcheado volvía a hundirse, el ayuntamiento tomó la decisión de picar, abrir una zanja y comprobar la causa de lo que ocurría.
Para poder efectuar estos trabajos hubo que cortar el tráfico de una avenida que, sobre todo en verano, tiene un tránsito muy acusado. Los vehículos en dirección a Benicàssim todavía pudieron circular por el carril paralelo que discurre por el margen más próximo al mar. Pero la dirección Benicàssim Castelló se cerró por completo, por lo que hubo que desviar el tráfico por el lateral del Río Seco.
Durante la jornada de ayer, después de sanear la grieta, se inyectó hormigón para rellenarla. La previsión es que el material pueda estar suficientemente seco mañana para poder asfaltar la calzada, de forma que que la avenida pueda abrirse mañana por la noche o el domingo por la mañana.