La muerte de la reina Isabel II evidenció el respeto y admiración de la ciudadanía a su vida y trayectoria de 70 años al frente de la corona británica.
Así lo demostró el largo funeral y todos los actos de conmemoración que se celebraron por el mayor referente de la monarquía europea y mundial. Pero lo que más me llamó la atención fue el cariño y admiración que demostraron los británicos sean monárquicos o no, haciendo colas kilométricas de más de 24 horas para presentarle sus respetos. Unas imágenes que ponen en valor la importancia de la monarquía como un símbolo unificador que representa a todos los británicos.
En cambio, en España se utiliza la figura del Rey emérito para devaluar la institución, los partidos de izquierdas e independentistas quieren despenalizar los ataques e insultos a los miembros de la Casa Real. Y así lo han acordado en el Congreso con los votos del PSOE, Unidas Podemos, Más País y los partidos nacionalistas e independentistas para tramitar la reforma del Código Penal para despenalizar las injurias a la Corona y el ultraje a la bandera y los símbolos nacionales, una propuesta impulsada por ERC y Bildu, que evidentemente cuenta con el rechazo del PP, Vox y Ciudadanos
No entiendo como el PSOE se suma a esta iniciativa para permitir el insulto y el ataque frontal a las instituciones en vez de hacer crecer la confianza en ellas, ya que la monarquía igual que nuestra bandera es un símbolo de unidad que representa a todos los ciudadanos sean del bando que sean.
Utilizar lo nuestro. lo que nos une como arma arrojadiza solo sirve para renegar de lo nuestro y generar más crispación y enfrentamiento entre los españoles. Espero que cuando llegue el PP a gobernar no le tiemble la mano y retome la normalidad institucional, ya que tendrá que recuperar ese respeto por los símbolos que compartimos, lo que nos une como nuestras instituciones y nuestra bandera porque solo así puede hacerse respetar una sociedad y generar un sentimiento de unión y patriotismo que en estos tiempos de incertidumbre serán más necesarios que nunca.
