Como persona, como mujer y como madre me avergüenza profundamente la actitud de Mónica Oltra ante su imputación por la presunta ocultación de los abusos por parte de su entonces marido a una menor tutelada en un centro de la Comunitat Valenciana. Su negativa a abandonar los cargos que ocupa en la Generalitat de Ximo Puig deja en muy mal lugar no solo a ella, sino a todos los miembros de su partido, Compromís; y, por supuesto, al Gobierno del que forma parte. Ni coherencia, ni dignidad.
Nosotros, los hombres y mujeres del PP, sí que respetamos la presunción de inocencia, algo que ella nunca ha hecho. Pero, en cualquier caso, debe dimitir y apartarse de los cargos públicos hasta que un juez delimite sus responsabilidades en un caso tan oscuro y tétrico. Por respeto a una niña humillada. Por respeto a todas las mujeres. Por respeto a todos los ciudadanos –hombres y mujeres- que necesitan y exigen políticos ejemplares.
Y con su dimisión o su cese debe producirse de manera inmediata para, de esta manera, también poder pasar página a unos años de inadecuada gestión para poder avanzar en los servicios de Bienestar Social que precisan los ciudadanos. Los ciudadanos de la provincia de Castellón necesitan tener la tranquilidad de disponer de centros para dependientes y de centros para la tercera edad, porque todas las familias necesitan tener recursos para atender como se merecen sus seres más vulnerables.
El PP es la alternativa al desastre de la política social de PSOE y Compromís y nos comprometemos a trabajar por y para los miles de castellonenses que requieren alguna prestación o una plaza en un centro y que siguen a la espera de poder contar con una solución. La pandemia sanitaria que hemos vivido ha aumentado el número de solicitantes mientras que el déficit de plazas sigue sin tener ninguna solución por parte de quien aún ostenta una responsabilidad que no debería a tenor de la mala gestión realizada.
Pero sobre todo, la imputada/investigada Mónica Oltra debe marcharse a su casa por dignidad y por coherencia.
