Cuando algo no funciona es el momento de buscar soluciones, porque de lo contrario, el problema se agrava.
El próximo 28 de mayo tenemos la oportunidad de emprender un cambio que garantice otra forma de gestionar. Capaz de reconocer que la inflación ha subido y que hacer la cesta de la compra hoy es mucho más caro que hace ochos años. Que la hipoteca se ha disparado o que el alquiler está por las nubes. Ser capaces de entender y resolver los problemas domésticos que quitan el sueño a nuestras familias.
En el PP estamos convencidos de ser la única alternativa seria, capaz de devolver la confianza a nuestros vecinos y de apostar por la solución de sus problemas. Con sentido común y humildad. Y con la ilusión de garantizar a Almassora un trabajo eficaz y diligente que responda a sus expectativas.
La política es precisamente eso. Servir y ayudar para mejorar. Para garantizar bienestar y calidad de vida. Para sonreír.
Nuestro reto es hacerlo posible a partir del 28 de mayo. Una cita que somete a examen la acción del PSOE durante estos ocho años de gobierno. Dos mandatos en los hemos perdido la salud en favor del desmantelamiento al que Merche Galí no ha puesto trabas. Dos mandatos en los que no ha habido un solo proyecto de regeneración para nuestra playa -atrás queda la última gran inversión que adjudicamos el 16 de marzo de 2015 y que defendió la playa de Benafelí-. Ocho años en los que muchos han perdido su trabajo, especialmente crítico en el ámbito del azulejo, donde el PSOE ha decidido dar la espalda a las demandas de las patronales. Ocho años en los que los vecinos de Botànic Calduch han pedido un auxilio que todavía hoy no ha llegado. Ocho años que acaban el próximo 28M con un equipo que diga adiós a las imposiciones y apueste por el diálogo y la escucha activa.
Porque eso es precisamente lo que pretendemos. Trabajar codo con codo con los ciudadanos para ser capaces de empezar a sonreír. Con un cambio que entienda que los vecinos están en el centro de la gestión municipal. Con una presidenta de la Diputación, Marta Barrachina, capaz de escuchar. Con el cambio útil que con Carlos Mazón en la Generalitat Valenciana sea sensible con las necesidades de nuestros ciudadanos. El cambio que diga adiós a políticas que tanto daño nos hacen en favor de todo lo bueno que está por llegar de la mano de Alberto Núñez Feijóo.
Ya queda menos para sonreír.