David Vicente Segarra. Diputado provincial y Alcalde de Torre d'En Besora
Hemos visto con sorpresa, como en fechas recientes la directora de la Agencia Avant presentaba la adjudicación de la instalación de 135 cajeros en toda la Comunidad Valenciana para las zonas de interior. Sería una muy buena idea si no fuera porque, una vez más, se llega tarde y mal.
Tarde porque desde la primera licitación, que quedó desierta por desconocimiento del interior de la Comunidad, básicamente; el Cosell sacó unas bases que, una vez más, no se ajustaban a la realidad del territorio en el que vivimos. Todo esto con una programación de instalación hasta, ni más ni menos, que 2025. ¡Casi nada!
Y mal porque, al final de este proceso, la entidad adjudicataria ha sido, curiosamente, una fusionada de las que más oficinas han cerrado en las poblaciones rurales… No deja de ser anecdótico que un banco al que no le interesa seguir teniendo oficinas en los pueblos, sea la adjudicataria, precisamente, para instalar estos cajeros.
Pero es que, además, los ayuntamientos tienen que ceder y acondicionar los locales en los que se instalarán los cajeros, lo que implica un importante desembolso para las arcas municipales. Y encima, estos cajeros solo estarán abiertos en el mismo horario de las dependencias municipales. Ni una hora más. Y, por lo tanto, los fines de semana y los festivos, que son cuando estas poblaciones reciben un mayor número de visitantes, no se podrá hacer uso de estos cajeros. ¡Un nuevo despropósito de Ximo Puig!
Siendo conocedor de primera mano de la situación, puedo decir que estoy completamente seguro que esta medida no servirá para solucionar el problema de la exclusión financiera de las zonas rurales. El problema es mucho más complejo. Con esta medida le digo a Ximo Puig que a todos estos municipios se les está acabando el tiempo y la instalación de estos cajeros no es más que poner una tirita a una herida demasiado grande, sangrante y dolorosa.
