Madrid es tabernaria. Y Castellón es tabernaria. Somos una ciudad mediterránea, con más de 300 días de sol, y nos encanta ir a las tascas, a las terrazas, a los bares y restaurantes, a los chiringuitos… a divertirnos, a disfrutar de nuestra estupenda gastronomía, pero sobre todo, a socializar. Los castellonenses somos felices compartiendo una caña o tomando un buen vino en torno a una mesa y rodeados de buena compañía. La que se elige.
Decía Isabel Díaz Ayuso durante su última campaña que ser tabernario es una forma de vida, una manera de entender, y vivir, Madrid. Y lo cierto es que cuando viajas hasta la capital de España te das cuenta de que es así. A pesar de que tiene un clima infinitamente menos benigno que el de la capital de la Plana, allí existe una cultura gastronomía y de ocio que hace que siempre lo tomemos como referencia cuando vamos en nuestras escapadas hasta allí.
Todo lo contrario que en Castellón. Cada vez más apagado, cada vez más oscuro, cada vez más complicado. ¿La última decisión del Gobierno de nuestra ciudad? Sacar toda la actividad cultural, de ocio, comercial o gastronómica de la Plaza Santa Clara. Ni Feria del Libro, ni Mercado Gastronómico en Magdalena, ni el StreetMarket de los comercios… nada. Otro reclamo que se pierde.
Esta semana, dentro de nuestra campaña en la calle ‘Castellón Despierta’, nos hemos tomado el primer café de la mañana con un grupo de hosteleros de nuestra ciudad. De diversos ámbitos y localizaciones. Y todos coinciden en el mismo diagnóstico: Cada día es más difícil levantar la persiana porque el gobierno de PSOE, Compromís y Podemos se lo pone cada vez más difícil. Ni una facilidad, ni una ayuda, ni un apoyo. Nada. No es no elevado a la potencia máxima a quienes quieren montar su negocio o simplemente seguir asegurando su forma de vida.
También se quejaban de la falta de actividad cultural y eventos que atraigan a los potenciales clientes, de falta de limpieza en las vías públicas, del déficit de iluminación, de las dificultades crecientes para acceder hasta el centro. Todo problemas, todo trabas.
No es nuestro modelo. Estricto cumplimiento de la ley, sí. Pero apoyo y dinamización del centro y los barrios, para generar actividad económica, social y lúdica, siempre. Por eso nos comprometemos con los hosteleros a poner en marcha una mesa de trabajo para mantener un contacto directo y permanente con ellos. La gestión municipal no puede hacerse de espaldas a ellos. Y pondremos en marcha un Plan de impulso de la Hostelería, donde contemplamos bonificaciones fiscales y dinamización para atraer clientes. Eliminaremos trabas burocráticas, bajaremos impuestos, apagaremos las cámaras, facilitaremos aparcamiento y conexiones en transporte público ecológico y gratuito, reforzaremos la limpieza y las luces de las calles. Y generaremos eventos para que Castellón vuelva a ser una ciudad viva y en la que su corazón, el casco histórico, vuelva a latir con fuerza. Castellón también es tabernaria.
