Los autores se ponían en contacto con propietarios de huertos donde la fruta debía ser 'tirada del árbol', les facilitaban sus datos y el polígono y parcela y rellenaban los registros falsos
Entre los delitos, venta de objetos por internet que nunca llegaban a su propietario o la sustracción de tarjetas de crédito y aparatos tecnológicos a sus conocidos