El muelle de costa del Puerto de Castellón se llenó de gente esta tarde para dar la bienvenida a la gran Fiesta del Mar, Escala a Castelló, y para celebrar la primera de las arribadas de buques antiguos, la fragata rusa Shtandart. Fue todo un espectáculo, en tierra y en el mar. En tierra, donde la historia ha cobrado forma a través de los campamentos, el mercado y la gastronomía y en el mar con la participación de embarcaciones de recreo.
Desde el descubrimiento de América España intentó mantener sus conquistas en tierra y en el mar. Su gran oponente fue Gran Bretaña. Franceses y Holandeses también lo intentaron, pero se conformaron con asegurar sus cauces comerciales. El enfrentamiento con Gran Bretaña llegó al punto de iniciar una guerra por ‘una oreja’. Ganaron los españoles pero la victoria no pasó a la historia. Los ingleses nunca reconocieron su derrota a manos de Blas de Lezo en la batalla de Cartagena de Indias
Los marineros que hicieron famosas a las flotas de Europa se ponían tibios de alcohol a bordo porque escaseaba el agua dulce; y comían lo que podían, o lo que les dejaban, cocinado con agua salada y en las peores condiciones de almacenamiento. Las tripulaciones cristianas, conservaban la comida con los muertos, y las tripulaciones eran ‘cazadas’ en tierra sin ninguna consideración. La cara más bonita estará en Escala a Castelló donde la rica gastronomía del Grao es capaz de borrar esos malos recuerdos.
Viento en popa a toda vela. El dicho lo decía claro, solo se podía navegar cuando el viento soplaba en la popa del barco. Las travesías transoceánicas, que van a transformar el frontal marítimo de la ciudad del 5 al 8 de abril mostrarán la gran revolución que se produjo durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Todo cambió, la concepción del mundo, la orientación, los mapas e incluso la imagen de Dios.
La alcaldesa y el presidente de la Autoridad Portuaria, Francisco Toledo, han invitado a la ciudad francesa a visitar Castellón desde el 5 al 8 de abril