Hace poco más de un mes una familia de Benicàssim acudía a la frontera de Polonia para rescatar a la niña que habían acogido cuando solo tenía 6 años. Durante 16 años Liza ha vuelto cada año para reencontrarse con su familia de Benicàssim. Ahora tiene 22 años y ya no viene a pasar unos meses. Ella y sus dos amigas huyeron de la pesadilla de una guerra que ha transformado sus vidas, una guerra que no esperaban, que califican de injusta y que denuncian día a día, porque el pueblo ucraniano tiene derecho a vivir en paz y con dignidad.