Se sabe y hay estudios que así lo avalan, que hay una gran relación y en sentido inverso entre el liderazgo tóxico y la satisfacción laboral. Y que la satisfacción en el trabajo junto con la intención de abandono, son las consecuencias inmediatas de un liderazgo tóxico.
Pero, ¿Cómo sé entonces, que trabajo con un líder tóxico y que estoy por consiguiente en un ambiente tóxico? Si trabajas junto a un líder que se comporta de la siguiente forma, tienes todas las papeletas de que sea uno de ellos:
- Son egoístas: se sienten el centro del universo, buscan autopromoción y el autobombo de sí mismos, además del beneficio particular.
- Son negativos: todo lo ven negativo y nunca nada es suficientemente bueno. Acostumbran a ver siempre el vaso medio vacío y nunca medio lleno.
- Cero aprecio: desinteresados por las necesidades de las personas, distanciados, nunca tienen una palabra de aprecio o de valoración.
- Falta de integridad: ocultan los errores propios, echan la culpa a los demás, son oportunistas y presentan comportamientos poco éticos.
- Degradan y devalúan: ridiculizar, difamar, menospreciar, burlarse o faltar el respeto, lo hacen para sentirse por encima del resto.
- Abusan del poder: dirigen a través del miedo y la inseguridad. Tienen favoritismo en las recompensas y el reconocimiento. Acumulan ira, que les hace mostrarse agresivos, ser groseros y llegar incluso al acoso.
- Controladores:practican la micro gestión, son rígidos, con falta de confianza y habitualmente anclados en el pasado.
- Manipuladores: distorsionan los hechos para servir a sus propios fines. Apuñalan por la espalda, fomentan los rumores, buscan el enfrentamiento, no son transparentes en su comunicación o lo hacen a medias.
- Impredecibles:ofrecen mensajes contradictorios, toman decisiones apresuradas, tienen cambios repentinos de ideas y de humor, indecisos, etc.
En resumen, trabajar con un líder tóxico es enormemente perjudicial no solo para tus empleados, también para tus clientes. Las empresas no deberían promocionar a nadie solo por su “ambición” o los “resultados” conseguidos en su último puesto. Es indispensable para ser un buen líder, tener “humildad” y “empatía”.
¿Cómo vamos de humildad y empatía líderes?