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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:57

Trabajadores sociales denuncian que los tres hospitales de Castellón tienen cinco profesionales para mil pacientes

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El COTS lamenta la ausencia de estas profesionales en unidades de salud mental para personas adultas, infancia y adolescencia

Castellón Información

Faltan profesionales del Trabajo Social en el sistema sanitario público valenciano. Es la reivindicación conjunta que lanzan a la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública los tres colegios profesionales de Trabajo Social de Castelló, Valencia y Alicante junto con la Asociación Española de Trabajo Social y Salud, que advierten de las consecuencias que esa carencia tiene en la atención igualitaria a los pacientes. En el caso concreto de la provincia de Castelló, esta ausencia de profesionales del Trabajo Social en el sector salud tiene sus ejemplos "más sangrantes" en el Hospital General y las unidades de salud mental, señalan desde el Col•legi de Treball Social de Castelló.

El Hospital General cuenta con dos trabajadoras sociales para 574 camas. La situación no mejora en el resto de centros. Entre los tres hospitales de referencia en la provincia (el General, La Plana de Vila-real –con 240 camas- y el Hospital Comarcal de Vinaròs con 150 camas), cinco profesionales del trabajo social han de prestar atención a casi un millar de pacientes. Las consecuencias de esta situación se traducen en que "no se pueden planificar altas correctamente, solo nos da para atender lo urgente y no se llega a hacer una buena coordinación con los centros de atención primaria", explica Marisa García, trabajadora social sanitaria y vicepresidenta del COTS Castelló. "Es una función de apagafuegos, no se puede planificar, y eso lleva a que por ejemplo no se puedan gestionar desde el mismo hospital los recursos domiciliarios que una persona mayor necesita tras recibir el alta, y que ésta tenga, quizás, que ingresar de nuevo antes de tiempo", lamenta García.

En el caso de las unidades de salud mental, todos los equipos deben incluir una trabajadora o trabajador social, pero de las seis existentes en Castellón (dos infantiles y cuatro para personas adultas), sólo una Unidad de Salud Mental Infantil, la que atiende a la población del Departamento de Salud de La Plana, lo incorpora. Tampoco las tres unidades de salud mental de Vinaròs disponen de este tipo de profesionales, ni las del Departamento de Salud de Castelló. "Estamos hablando de personas que necesitan mucha intervención social y mucho acompañamiento, porque el impacto de una enfermedad mental en la familia y el entorno laboral es tremenda; y precisamente el acompañamiento es el motor de la profesión del trabajo social, así que es inconcebible que no estemos presentes en estos equipos", añade Marisa García.

Por su parte, en las zonas rurales del interior el patrón se repite. Una misma trabajadora social ha de recorrer los centros de salud de decenas de pueblos a lo largo de la semana. "Desde la Conselleria insisten en que la cobertura es del 100%, pero es a costa de repartir equipos, no de aumentarlos con más personal", denuncian desde el COTS Castelló.

La figura del trabajador y trabajadora social, a pesar de estar presente en los hospitales españoles desde antes de los años 50, todavía no está reconocida como profesión sanitaria. Los tres colegios valencianos reclaman que se de este paso. Creen que es muy necesaria la defensa del espacio y la especialización de la profesión para poder ofrecer unos servicios de calidad. El hecho de no estar reconocida como profesión sanitaria "deja a cuerpo descubierto a las trabajadoras y los trabajadores sociales de hospitales, centros de salud, centros de salud mental, centros de conductas adictivas o centros de salud sexual, donde realizan multitud de tareas", recuerdan en un comunicado conjunto.

La tarea específica y especializada de las trabajadoras y los trabajadores sociales de Sanidad tiene un valor añadido puesto que permite ejercer como enlace entre los pacientes y el resto de Servicios Sociales en un momento de especial vulnerabilidad para la ciudadanía, como es la falta de salud. Además de intervenir en la población migrante sin tarjeta sanitaria para poder tener acceso a la Sanidad Universal, el personal del Trabajo Social sanitario también tiene un papel muy importante en casos de violencia de género -muchos de ellos son detectados en los centros sanitarios- y en situaciones de desprotección de menores y mayores.