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La restauración del histórico edificio, datado del siglo XVI, cuenta con la colaboración de la Diputación de Castellón y cuenta con un presupuesto global de 360.000 euros sufragados en partes iguales con el Ayuntamiento de Vila-real
Los trabajos de rehabilitación del Molí la Vila avanzan a buen ritmo y ya han permitido descubrir algunos vestigios de gran interés. El edil de Territorio, Emilio Obiol, que ha realizado una visita a las obras, ha explicado que "a medida que los técnicos trabajan, van apareciendo algunos restos muy interesantes desde el punto de vista etnográfico cuya existencia desconocíamos hasta el momento". Así, uno de los primeros descubrimientos realizados durante las excavaciones han sido dos tipos de pavimento en las salas del molino. "Uno de ellos es el suelo original empedrado, con piedras de río, que data de finales del siglo XVIII y que, como no podía ser de otra manera, se mantendrá", indica. Asimismo, el otro pavimento descubierto en otra de las salas es de azulejos y data del siglo XIX. "Ambos estaban cubiertos bajo varios metros de tierra", añade Obiol, quien destaca que "en algunos puntos se ha llegado a excavar hasta alcanzar los cinco metros de profundidad, porque el molino estaba construido por debajo de la cota actual de la ciudad, que creció hacia arriba".
Otro de los descubrimientos más sorprendentes para el equipo que se encarga de los trabajos "y que se desconocía" ha sido el hallazgo del sistema de alimentación del molino. "La mayoría de infraestructuras de este tipo se alimentaban con agua de la acequia que en primer lugar iba a una balsa, donde se acumulaba y posteriormente salía con más fuerza para pasar por el molino", explica Obiol.
"En el caso del Molí la Vila se ha descubierto que no había balsa de retención y que el agua de la acequia iba directamente a dos cárcavas y pasaba por el interior, de manera que se aprovechaba la gran pendiente para mover la maquinaria", asegura. Este es, para Obiol, "una de las señas más características de este molino que, además, está muy bien conservado, mejor de lo que esperábamos". A estos hallazgos se suma también otro hecho "que sorprende, por la calidad, y es el número de ventanas, puertas y salidas primigenias del agua del molino por una acequia, una vez alimentado". "Pensábamos que, directamente, no las encontraríamos y no solo están, sino que sus condiciones son extremadamente buenas", afirma.
Para finalizar, tal y como explica Obiol, el principal objetivo es la consolidación de la estructura del edificio y se trabaja ya en la placeta que da entrada al recinto. Además, "estamos a punto de entrar en la fase de crear una historia agraria de cultivo que, tal y como anunciamos, imitará al antiguo barranco, y que consistirá en plantar diversas variedades en el lecho que quedará entre el Molí la Vila y la calle Constitución". Un proyecto en el que se está estudiando la posibilidad de añadir un reguero "que sirva para ayudar a evacuar aguas en caso de lluvias significativas y que al mismo tiempo tenga la posibilidad de tener agua de la acequia a voluntad, es decir, cuando la acequia tenga, con poco caudal y que quedará en un circuito cerrado".
