Juan José Pérez Macián. Concejal del Grupo Municipal Popular de Castellón
Conociendo lo fina que tienen la piel, voy a dedicar al bipartito de Castellón unas líneas 'con todo mi humor'.
Venían a rescatar personas. Pero sólo han rescatado a los suyos. 90.000 euros para que un compañero de filas, que renunció a ser concejal y servir a los castellonenses, ahora ocupe la silla de la nueva y flamante oficina de planificación económica, que de momento ni planifica ni nos sale económica. Un nombramiento del PSOE que no fue consensuado ni con los socios de gobierno de Compromís, ni con los socios de investidura de Castelló en Moviment ni evidentemente con los partidos de la oposición. Y creo que ni siquiera se consensuó dentro del propio PSOE.
Un fichaje de dudosa regularidad por el que desde el PP hemos pedido el cese en no pocas ocasiones, con la misma respuesta de la alcaldesa en todas ellas de “hoy no, mañana”. Respuesta también válida para cuando prometían en 2015 bajar los impuestos, cosa que volvieron a prometer en 2016, en 2017 y en eso se ha quedado, en palabras que se va llevando el viento.
Este sueldo se suma al de otros 4 nombramientos en urbanismo, fiestas, policía y deportes, con elevados honorarios, que unidos al coste de los asesores, ascienden a 765.000 euros al año. El PP ha puesto encima de la mesa esta realidad, a lo que el bipartito sólo ha sabido responder que hay nuevos nombramientos porque se suprimen otros. Lo que toda la vida han sido “las gallinas que entran por las que salen”. Pero la realidad es que el personal de confianza del bipartito, que asciende a 18 personas, supone un coste superior al que se destina a tratar de dar trabajo a los más de 15.000 parados de la ciudad.
Al gasto en asesores se unen los 868.000 euros que destinan al año en autobombo... ¡el acabose! Y es que el bipartito ha llegado vendiendo bonitos mensajes demagógicos y promesas que hoy no cumple, porque cuando se le ponen las cifras encima de la mesa, su ayuntamiento de cristal se desmorona. Como cuando prometían en pleno hace un año que iban a rebajar el número de facturas irregulares que apoquinaba el Ayuntamiento. En aquel entonces se pagaban alrededor de 600.000 euros fuera de contrato. Hoy ya son un millón y medio. Si ya no les pido que me lo mejoren, iguálenmelo!
Y así pasan los días, entre mentira y mentira, entre incumplimiento e incumplimiento, destapando a cada paso una nueva promesa que sólo era humo. Íbamos a ser una potencia turística, y de momento tenemos un camping-parking ilegal de autocaravanas, por el que el sector turístico ya les ha dado el toque. Iban a cerrar el círculo de los desahucios, y de momento nada de nada. Iban a escuchar a los graueros a los que les han puesto un toldo en el paseo Buenavista cuando pedían mejor iluminación. Una forma de escuchar que me trae a la cabeza al famoso Gila con su teléfono.
Intentan revestir de supuesta participación sus errores. Puro postureo, puro paripé, que alimentan con la puesta en marcha de consejos participativos a diestro y siniestro, sobre todos los temas que les interesan, pero aun seguimos esperando el consejo que pidió el PP para poner sobre la mesa los problemas sanitarios de los castellonenses. Mesas y más mesas de participación cuyas conclusiones y peticiones se quedan después en un cajón. Como el que acaban de impulsar sobre “ordenanzas fiscales”, en el que el pasado año el PP propuso varias medidas de rebaja de impuestos y ahí se quedaron, negro sobre blanco en una acta y sin ver la luz. Si no es por no ir a sus ”grupos de trabajo” señores, del bipartito, que si hay que ir se va, pero ir pa ná, es tontería.
Y ante este desgobierno absoluto y esta casa de los líos en que se ha convertido el ayuntamiento, los socios de gobierno e investidura de la señora Marco se esconden tras el visillo. No me extraña que en sus asambleas y en sus círculos les digan aquello de “estáis tos mu callaos!”.
Y es que a los cuatro días de sentarse en el sillón de la alcaldía pregonaban que #elcambiosenota. ¡Y vaya si se nota! Incluso diría más, #elcambioseMota.
Y ahora vas y lo cascas!