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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 14:51

Unas nupcias medievales "twiteadas"

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El novio ha vivido cinco años en L'Alcora y quince en Castellón, así que la pareja tiene muchos amigos en la provincia. Ellos se conocieron en una recreación medieval en Daroca.

Ella, doncella del clan del Cuervo. Él, miembro de la Mesnada mercenaria de los mesnaderos menesterosos. Ambos, contrayentes de una ceremonia de nupcias muy especial con cerca de 200 invitados ataviados para la ocasión, con las mejores sayas, capas, pellotes y crespinas.

Esta tarde l’Alcora o, mejor dicho, Al-qüra, acoge en enlace medieval donde Yago Catalá y Lidia Poveda se trasladarán al siglo XIII para darse el “sí quiero”.

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invitación de boda de los novios.

Los novios son dos recreacionistas de la época que han decido escoger las II Jornadas Medievales de este municipio para su unión.“Ambos somos veteranos en estas gestas. Yo llevo siete años con esto, y Lidia, prácticamente toda la vida, así que decidimos que queríamos casarnos como recreacionistas”, comenta Yago.

De hecho, se conocieron hace cuatro años en Daroca, en un encuentro medieval  y en el aniversario de conocerse propusieron a los organizadores de estas Jornadas, aprovechar la ocasión para celebrar el enlace. “Cuando hablamos con la parroquia propusimos hacer una misa de época, el latín, pero no pudo ser y después intentamos que fuera al menos, en valenciano antiguo y por el rito mozárabe pero había que pedir permisos especiales al obispado y se complicó la cosa”, cuenta Yago.

¿Y los invitados? ¿Cómo se lo tomaron cuando les comentasteis que ellos también tenían que trasladarse ocho siglos atrás?“Pues te lo puedes imaginar, hubo de todo pero cuando se dieron cuenta que no se trataba de disfrazarse, ya vieron que la cosa iba en serio. De hecho he tenido que montar un blog con documentación sobre vestimenta de la época e incluso patrones para facilitarles la historia”.

Ahora, ya está todo listo. Quedan pocas horas para que un ingeniero y una delineante de 35 años, se sumerjan en un pasado, especialmente romántico para los dos, y se “desposen” rodeados de caballeros, mercaderes y señoras de otra época.

Todo un acontecimiento, que, eso sí como cualquier enlace mantiene el encanto de algunos secretos muy bien guardados que la tecnología no debería estropear, “Ninguno de los dos hemos visto el vestido del otro, así que espero que nadie cuelgue fotos en internet ni twitee antes de entrar en la iglesia porque tanto Lidia como yo, llevamos el móvil y se perdería la magia de la sorpresa”.

¿Perderse la magia? Difícil con semejante encantamiento

Rosanna Blasco