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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:00

La Unió señala que la climatología ralentiza la campaña citrícola y baja los precios en el campo

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Las altas temperaturas y la falta de lluvias aumentan los costes de producción a los agricultores.

LA UNIÓ de Llauradors se ha puesto en contacto con los medios, asegurando que la climatología "atípica para esta época del año (elevadas temperaturas y ausencia de lluvias) provoca en estos momentos una ralentización en el inicio de la actual campaña y unos precios a la baja para los productores".

Los precios son más bajos que en el inicio de la pasada campaña, de media un 10% inferiores en mandarinas y un 20% en naranjas. Así, la demanda de nuestros cítricos "no está siendo así la deseada. Nuestros principales mercados europeos, que asocian normalmente la compra de los cítricos con unas temperaturas más bajas y la necesidad de consumir para evitar problemas de salud, como es el caso de los resfriados, siguen sin responder porque a pesar de no tener estas temperaturas tan altas, tampoco hace excesivo frío allí".

A todo ello "se une que es evidente en los árboles un retraso en la evolución y maduración de la fruta. La fruta no madura por fuera como sería deseable al faltar horas frío y le falta color, aunque por dentro sin embargo la fruta está normalmente buena y con el grado de dulzor adecuado". El hecho de que la fruta madure más tarde en esta campaña "ha provocado que nuestra cosecha se solape también con la de otras zonas productoras españolas y la de otros países donde normalmente se nos dejaba ese espacio de mercado". Es lo que normalmente se conoce como 'cuello de botella' en el desarrollo de la campaña.

Los calibres también se resienten por la ausencia de lluvias y los agricultores miran al cielo para que la llegada de las mismas incremente el tamaño de la fruta porque “si no se llega a un calibre ajustado se hace más complicada la comercialización de la fruta”.

Las altas temperaturas y la falta de lluvia, prácticamente a mediados de noviembre, supone además un aumento de los costes de producción para el agricultor. Las plagas siguen activas, "fundamentalmente la mosca de la fruta, y hay que tratarlas cuando a estas alturas del año normalmente la necesidad de tratamientos desciende de forma considerable". También hay que regar más los campos por el mayor efecto de evaporización. Son costes que luego no se pueden trasladar a los precios y que por tanto son pérdidas para los productores.

La esperanza para los productores de cítricos valencianos es que pase "como en la pasada campaña que también comenzó muy mal y acabó mejor después con las variedades de naranjas".

Agricultura prepara normativa para reforzar la seguridad en balsas de riego

Por otro lado, la Conselleria de Presidencia y Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua está preparando una normativa que reforzará la seguridad de las balsas de tierra para riego. Así lo ha señalado el director general del Agua, José Alberto Comos, en una jornada formativa sobre las balsas de tierra para riego organizada por el Instituto Valenciano de Administración Pública.

Embalse

Comos ha manifestado que existen numerosas obras de este tipo, y ha agregado que, con ello, "se quiere garantizar el perfecto estado de las mismas para que se realicen las correspondientes revisiones, evitando el riesgo de rotura y su posible afección en urbanizaciones e infraestructuras construidas con posterioridad, y evitando también posibles pérdidas de agua".

Además, José Alberto Comos ha indicado que las balsas para riego "constituyen un pilar fundamental en el desarrollo de la agricultura de regadío moderna porque permiten el almacenamiento y distribución de las reservas". En concreto, se están elaborando unas normas técnicas para el proyecto, construcción y primera puesta en carga de las balsas; para su clasificación y para la elaboración e implantación de los planes de emergencia, así como para la explotación, revisiones de seguridad y puesta fuera de servicio. De esta forma se determinarán los requisitos y condiciones mínimas que deben cumplir estas obras hidráulicas.

La Conselleria de Presidencia y Agricultura trabaja en la elaboración de estos textos normativos en colaboración con la conselleria de Gobernación y Justicia, el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Levante, la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana y la Federación Valenciana de Municipios y Provincias.

Con la aprobación de estas normas propias, las balsas dejarán de regirse por el Reglamento Técnico sobre Seguridad de Presas y Embalses y la Instrucción para el Proyecto, Construcción y Explotación de Grandes Presas. En la actualidad existe un Registro de Balsas de la Comunitat Valenciana en el que se deben inscribir aquellas que superen los cinco metros de altura o los 100.000 m3 de capacidad, tanto de titularidad pública como privada. En concreto, en el territorio de la Comunitat Valenciana existen unas 3.500 balsas para el riego.