La Unió Llauradora ha solicitado a la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana que convoque el Grupo de Trabajo de Seguridad en el Ámbito Rural para abordar la problemática de los robos en el campo, justo ahora que están en plena de campaña de recolección cultivos tan importantes como los cítricos, aceitunas, almendras o la uva de mesa, entre otras.
La organización considera que es el momento adecuado para aumentar la vigilancia y establecer una estrecha colaboración y coordinación entre los agricultores y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en particular, los Equipos ROCA destinados a los robos en el sector agrario. En este sentido, el pasado martes una representación de La Unió se reunió con la subdelegada del Gobierno en Castellón, Soledad Ten, para analizar la situación en las comarcas castellonenses y poder establecer medidas consensuadas. También ha solicitado una reunión en relación con este mismo asunto con la Subdelegación del Gobierno en Alicante.
Los agricultores han trasladado a La Unió su inquietud ante la posibilidad de una oleada de robos que ya se vislumbran incipientes en las últimas semanas. Es el caso por ejemplo del cultivo de los cítricos donde hay un descenso de cosecha y un alza del precio en origen que lo hace especialmente atractivos para el robo y el hurto y posterior venta a través de almacenes que habitualmente se dedican a ser el punto de recepción de esta mercancía.
Esta situación conlleva un grave problema económico para las personas agricultoras, ya que, a pesar del aumento en el precio de la fruta, la baja producción y el incremento de los costes derivados del conflicto bélico en Ucrania hacen que la rentabilidad sea muy ajustada, en el mejor de los casos. Además, existe la preocupación por la seguridad alimentaria de los consumidores, ya que se aplican tratamientos fitosanitarios con un período de persistencia durante el cual no se debería poner la fruta a disposición para el consumo. La comercialización legal es la única forma de garantizar la trazabilidad a través de los registros y controles existentes en la cadena alimentaria.
LA UNIÓ indica que una oleada de robos, junto con la disminución de cosecha por problemas meteorológicos en la mayor parte de producciones, provocaría la pérdida de ingresos para las personas afectadas después de todo un año de intenso trabajo. Señala además que los robos se suelen cometer a pequeña escala para que sean considerados como hurtos y no robos, evitando consecuencias penales para los delincuentes.
La organización agraria dice que la seguridad en el entorno rural es una inquietud que pesa sobre aquellos que se dedican profesionalmente a la actividad agraria. El temor al robo en las instalaciones y maquinaria, así como el hurto de nuestras producciones, e incluso a nuestra integridad personal, es una preocupación constante en las zonas rurales de la Comunitat Valenciana. En no pocas ocasiones, la falta de seguridad y los robos son considerados como un problema añadido de gran relevancia que afecta a las explotaciones agrícolas.