Hoy se ha producido un nuevo incidente vandálico, el segundo ya del mes de julio, a la altura de Perpignan.
Castellón Información
La Unió de Llauradors reclama a las autoridades europeas que frenen los ataques vandálicos que sufren un año más los camiones españoles en Francia cargados "con nuestras frutas".
Hoy se ha producido un nuevo incidente cerca de la frontera española, alrededor de Perpignan, cuando agricultores franceses han vuelto a interceptar varios camiones cargados con fruta española, la han esparcido por la calzada la mercancía y la han quemado. Es el segundo ataque que se produce en este mes de julio tras el producido hace unos días por la misma zona.
La Unió considera que se vulnera otra vez la libre circulación de mercancías dentro del ámbito de la Unión Europea e insta a que las autoridades europeas exijan al Gobierno francés responsabilidades e impongan sanciones por la inacción ante el boicot a la libre circulación de camiones con fruta y verdura hacia Europa.
Recuerda también que el sector agroalimentario francés también exporta bastantes productos a España como la leche, las patatas o las manzanas pero “nadie ataca sus camiones aunque si se convierte en algo reiterado habrá que planteárselo porque una vez pasa pero varias ya nos hacen quedar como tontos. No somos partidarios del ojo por ojo pero tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados si las autoridades europeas, francesas o españolas no reaccionan”.
La Unió indica que la crisis de precios que padecen los productores franceses, como nos pasa a nosotros, tiene su origen en los abusos y bajos precios impuestos por el oligopolio de la gran distribución sobre la cadena de comercialización. No hay que olvidar que el principal grupo de la distribución en España es de capital francés y por ello pide La Unió una normativa comunitaria que evite los abusos derivados de la posición de dominio de la gran distribución.
Además de la crisis de precios nosotros hemos de pagar más gastos de transporte para trasladar nuestras frutas a los diversos países europeos, por lo que los costes aún son mayores que los de nuestros homólogos franceses y ellos reciben ayudas de su Gobierno para las frutas y hortalizas, cosa que aquí no ocurre.