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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 15:06

Uno no se puede preparar para la paz y para la guerra a la vez

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Se acerca el final de año y para muchas empresas es también el momento de extraer conclusiones de como fue el año especialmente a nivel económico y financiero.

Conclusiones también de cómo lo han hecho mis empleados, en lo que en muchas empresas se define como evaluación del rendimiento o del desempeño y que suele hacerse habitualmente en septiembre al cerrar el año fiscal o año natural en diciembre.

Y aquí es donde desde mi propia experiencia uno ve en qué tipo de empresa trabaja. Si es una empresa que se prepara para la guerra o por el contrario se prepara para la paz.

Porque ambas cosas son imposibles de acometer al mismo tiempo, como podría al parecer haber señalado Albert Einstein en alguna de sus citas. O también de forma más llana y como decía un excompañero mío Estanis: ¿aquí a qué hemos venido? O se está a setas o a Rolex.

¿Qué implica todo esto?

Que hay empresas que desde un principio, marcan objetivos que resultan nada alcanzables, irrealistas o imposibles. Y es que en realidad se están preparando para la guerra. Es decir, tener conversaciones desmotivadoras, feedback exclusivamente correctivo, cero pago de incentivos, etc. El objetivo de este tipo de empresas es ahorrarse un bonus,  un variable que pagar a sus empleados y que por otra parte venden hacia fuera como un gran beneficio, que nunca puedes alcanzar por mucho que te esfuerces.

De ahí que sean empresas donde tengan cero motivación muchos de sus empleados,  altos índices de rotación y un compromiso similar al de los mercenarios, en lugar de empleados que lleven la camiseta de la empresa.

Por otra parte están también las empresas que se preparan para la paz y que afrontan la evaluación de desempeño, como una continuación más formal del crecimiento y desarrollo de sus empleados a lo largo de todo el año. Para estas empresas los 365 días del año son importantes.

Empresas que saben que sus empleados son lo más importante y que marcan objetivos alcanzables, porque entienden que si tú ganas un incentivo ellos también ganan, incluso mucho más.

Y tú como empresa, ¿para qué te preparas para la paz o para la guerra? Recuerda que lo que siembras recoges y que el que siembra vientos recoge tempestades.