La competencia de la zona pertenece a la Generalitat Valenciana, aunque la obra fue del ministerio
Tàrsila Galdón/Castellón Información
La Vía Verde que une Benicàssim y Oropesa ha sido objeto de comentarios y miradas en los últimos días, ya que algunos de sus usuarios se quejan de su mal estado. Esta problemática varía según qué personas, ya que, María Hernández (asidua de la ruta) asegura que para ella la vía está bien: “todo está bien señalizado, pero el problema es si vas con bicicleta”. Este comentario se repite en la mayoría de usuarios, ya que dos ciclistas que se encontraban descansando después del recorrido aseguran que hay muchos socavones y que con lluvia es imposible salir.
Después de saborear la Vía Verde y sentir la problemática, la conclusión parece clara: la Vía Verde ofrece mas problemas para las bicicletas que para las personas que prefieren ir a pie. Un hombre sorprende mientras se adentra en la Vía Verde a través de un sendero: “para mí está muy bien, otra cosa diferente es si te adentras por los senderos”, explica el hombre mirando hacia donde acaba de salir.
José Luís Sánchez también es asiduo de la Vía Verde y opina que la zona no es para ir a hacer rally con la bicicleta: “la gente va a pasear y la Vía Verde no es para batir ningún récord de segmento”. Sin lugar a dudas, el debate abre tensiones. Pero al fin y al cabo, de lo que más se quejan cierta sección de usuarios de la Vía Verde son los socavones, la falta de iluminación de los túneles en algunas zonas, la formación de charcos sobre el pavimento o los distintos graffitis que salpican las paredes.
Y es que al parecer, la crisis sanitaria ha potenciado esta sensación porque la Vía Verde tampoco es muy ancha y "hay más personas que otros veranos porque muchas personas no se han ido de vacaciones", explica Hernández mientras matiza que las bicicletas deben sortear a los viandantes.
¿A quién pertenece la competencia?
El Ayuntamiento de Oropesa informa que es competencia de la Generalitat. De hecho, la Vía Verde se inauguró en el año 2009 junto con sus seis kilómetros de recorrido. La Vía Verde quedó en desuso en el año 2003, ya que antaño se trataba de una vía de ferrocarril de Valencia-Tarragona.
Los trabajos de acondicionamiento empezaron en el año 2008 y la Dirección General de Infraestructuras Ferroviarias del Ministerio de Fomento invirtió 1,3 millones de euros para poder llevar a cabo la obra.
Así pues, aunque las obras se llevaron a cabo por el ministerio con el asesoramiento de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, el mantenimiento del lugar es de la Generalitat Valenciana.
