Miguel Batallaer. Jubilado y ciudadano del mundo.
Cada año al llegar estos días, recuerdo aquella triste mañana del año 2004, en la que al conectar la radio de mi coche camino de Alicante y alrededor de las 9 de la mañana, mi hijo y yo quedamos impactados por las noticias de las explosiones sucesivas que habían sufrido unos trenes de cercanías de Madrid. Al principio se hablaba de seis muertos porque se desconocía la magnitud y el origen de los atentados.
Hoy, catorce años después, seguimos sin saber quien y con que razones les quitó la vida a aquellas casi doscientas personas, dejando traumatizadas o cerca de mil más afectadas tanto física como sicológicamente por semejante atrocidad.
Como suele ser habitual entre los políticos españoles, en los primeros momentos cada uno trató de arrimar el ascua a su sardina.
Para los del Partido Popular, que enfrentaba las elecciones de pocos días después, con una ventaja de mas de 14 puntos sobre el PSOE, la primera hipótesis fue la de apuntar a ETA como autora o inductora y responsable de la estrategia de los atentados.
Para el PSOE que se veía totalmente desahuciado para poder alcanzar la presidencia del Gobierno, era una oportunidad única, con la valiosa colaboración de la potencia mediática de Prisa, para contrarrestar las teorías expresadas públicamente por los representantes de las fuerzas políticas populares, por lo que entre Rubalcaba, Polanco, Cebrián y Gabilondo, montaron y publicitaron rápidamente la teoría del ataque islamista como consecuencia de la supuesta participación de España en la Invasión de Iraq e incluso en Perejil, que de todo hubo.
Como siempre, las izquierdas demostraron un mejor manejo de todos los resortes periodísticos y mediáticos y acabaron culpando al Partido Popular no solo del atentado, sino de mentirles descaradamente a los españoles.
No quisieron nunca saber la verdad, ni se interesaban en ella, ni entonces ni después ya que el único objetivo que buscó el PSOE era la conquista del poder. Y lo consiguió en apenas pocos días de intoxicación mediática tanto de El País como de la SER, que no dejaron de mentir y bombardear durante 24 horas al día, para colocar como Presidente del Gobierno de España al mas lamentable de los dirigentes que hemos tenido a lo largo de nuestra democracia.
Durante varios años, seguimos recibiendo informaciones en uno y otro sentido que más que aclarar, confundían a los españoles, que no sabíamos lo que había de verdad o de mentira, en cada nueva evidencia que se nos presentaba.
Las posiciones se emponzoñaban cada día un poco más, e incluso entre las victimas del terrorismo. Por primera vez que yo sepa en la Historia de la Humanidad llegaron a sembrar la confrontación, ya que unos les anotaban sus victimas al PP y los otros al PSOE en un alarde de cinismo e inhumanidad, ya que no les interesaba conocer la verdad, sino inculpar a sus adversarios políticos.
Lo dejamos finalmente en manos de la Justicia, y cuando finalmente se público la sentencia del Juez Gómez Bermúdez el 31 de Octubre del 2007, en la misma no encontró a quien culpar como responsable intelectual evidente y convincente. Por eso, en mi opinión, les cayó la china encima a cuatro moritos que no sabían hacer la ‘o’ con un canuto, ni disponían de infraestructuras adecuadas e imprescindibles, para haber podido hacer todo el daño que hicieron, pero que eso sí, le permitieron dictaminar que los atentados habían sido realizados por células o grupos terroristas del tipo yihadista.
Es decir, era una confesión evidente de que no sabía cual era la organización responsable de haber llevado a cabo el atentado, aunque culpaba a cuatro pobres desgraciados que luego mucha gente --entre ellos yo mismo-- quiso pensar que debían de ser pequeños delincuentes relacionados con los confidentes del las Fuerzas de Seguridad del Estado, especialmente cuando el mismo Juez manifestó, según pude leer, que la sociedad española, “no estaba preparada” para conocer la autoría intelectual de los atentados terroristas del 11 M”. Para mí, blanco y en botella, leche.
Así ni se daba ni se quitaba la razón al PP ni al PSOE aunque la salida era mucho mas airosa para los socialistas, cuyas patrañas ya habían sido desmontadas una y mil veces después de los atentados, pero como se procedió de una manera incomprensible a destruir todas las muestras y restos materiales de los atentados no hubo manera de que los peritos especialistas en detonantes y los expertos en restos de las muestras que quedaban pudieran demostrar fehacientemente una verdad incómoda que no les interesaba a algunos y precisamente por eso nadie sabe nada ni parece interesado en saberlo.
¿Lo hicieron los etarras que ahora gobiernan en muchas instituciones vascas? No. ¿Lo hicieron los servicios secretos marroquíes por Iraq y Perejil? Tampoco. ¿Pudieron hacerlo cuatro desgraciados que pasaban por allí? No lo creo. ¿Es posible que se orquestara la estrategia desde las cloacas del Estado? Quizás.
Y como decían en el juego del un, dos, tres responda otra vez, hasta ahí puedo leer.
Cada uno de ustedes, mis estimados lectores, deben de contestarse si les interesa o preocupa el tema, sobre todo para tratar de evitar que esas barbaridades tan criminales se puedan repetir en beneficio de unos pocos desalmados.
La impunidad para esta clase de crímenes y para todos en general es la peor solución.
Y lamentablemente la autoría intelectual del 11 M, sigue impune, porque aun no se han enterado los responsables de las cloacas del Estado ni bastantes de los estamentos judiciales de alto rango en España, de que tanto unos como otros, están al servicio de la ciudadanía y para garantizar la defensa, unidad e independencia de la nación única y de la sensata aplicación de la Justicia y no para agradecer cargos o nombramientos a los políticos o partidos políticos que les situaron en la cumbre de esas Instituciones.
