Los técnicos estudian como convertir el canal de riego en el gran colector de aguas pluviales de la ciudad. Se prevé crear una zona de vegetación acuática a la altura de Jaume I.
Clara Parra Roncero
Hace meses que arrancaron las conversaciones entre el alcalde de Vila-real, José Benlloch, y el Sindicato de Riegos de Vila-real para buscar una solución a varios aspectos: por una parte los problemas de innundabilidad que afectan a algunas partes de la ciudad, donde el uso de la acequia es fundamental, y el impulso y su potenciación como un elemento de gran valor para la ciudad siempre manteniendo su objetivo fundamental como canal de riego para los campos del municipio.
Con esas premisas, tal y como ha explicado Benlloch, se pusieron a trabajar en un posible acuerdo que satisficiera a ambas partes. Por un lado, el Consistorio y las empresas que vierten sus aguas pluviales pagarían una tasa por ello y podrían allí depositar el agua de lluvia. A cambio el Ayuntamiento se encargaría del mantenimiento de la infraestructura, en su trazado por la ciudad, y se estudiarían fórmulas para poner el canal en valor como podría ser la creación de un jardín acuático a la altura del parque Jaume I.
Una propuesta que todo apunta podría llegar a buen fin, según Benlloch, a lo largo de este año pero no antes de las elecciones de finales de mayo. “Yo me comprometo que si soy escogido como alcalde antes de que finalice 2015 este acuerdo será una realidad. Tenemos medio acuerdo cerrado”, ha asegurado el primer edil, quien ha resaltado que todos los usos que se le darían al canal “siempre serían compatibles con su funcional principal de riego de los campos”.
El munícipe también ha resaltado los problemas que registra la acequia fuera del casco urbano donde discurre “colgada” hasta su desembocadura en el río seco. “Este tramo es del siglo XVII y registra problemas por su elevado uso”, ha resaltado.