El alcalde, José Benlloch, y el concejal de Territorio, Emilio M. Obiol, visitan los trabajos de demolición, que se completarán con la rehabilitación de otra alquería cercana para albergar en un futuro la sede de la asociación de vecinos.
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El Ayuntamiento de Vila-real está procediendo al derribo del conjunto de alquerías abandonadas ubicadas frente al colegio Botànic Calduch, dando de esta manera solución “a un problema histórico de insalubridad e inseguridad en la zona que se arrastra al menos los últimos 20 años”. El alcalde, José Benlloch, y el concejal de Territorio, Emilio M. Obiol, han visitado los trabajos, que está desarrollando una empresa vila-realense con un importe aproximado de unos 8.500 euros. La actuación se completará con la rehabilitación de otra alquería próxima pero exenta al conjunto que se derriba, con el objetivo de destinarla a equipamiento municipal.
“Cuando llegamos al gobierno municipal, la situación que nos encontramos en Botànic Calduch era una zona en la que el Partido Popular había actuado por el método extremo de ocupación directa sobre una propiedad y la otra, donde ahora actuamos, que no supo resolver, dejando sin solución a este conjunto de alquerías abandonadas que eran un foco de insalubridad, delincuencia e inseguridad; situación más grave si cabe si tenemos en cuenta su ubicación frente a un centro docente”, valora Obiol, quien recuerda que la solución a este problema “ha sido una constante en las peticiones de las asociaciones, entidades y Consejos de Participación Ciudadana”. Por este motivo, el concejal de Territorio se ha mostrado “especialmente contento”, por “dar solución, con mucho trabajo y gestiones, a un problema histórico de inseguridad e insalubridad, que vamos además a completar con la limpieza y nivelación de un solar cercano y la actuación en otra alquería que existe en la zona, exenta y al margen de las que ahora derribamos”.
El edificio, cerrado al acceso y por tanto en mejores condiciones de seguridad y salubridad que las alquerías demolidas, constituye, según acreditan los informes técnicos del área de Patrimonio, una buena muestra de la arquitectura rural de Vila-real, probablemente del siglo XVIII, “con un valor patrimonial quizás no tanto artístico pero sí etnológico”. La intención del equipo de gobierno es incluir la rehabilitación del edificio en los próximos presupuestos municipales, con el objetivo de que en un futuro pueda albergar la sede de la asociación de vecinos Botànic Calduch y otros equipamientos municipales.
“Por tanto”, añade Obiol, “con esta actuación responsable logramos un doble objetivo: limpiar y eliminar un foco de peligrosidad en el que no se había actuado en 20 años, al tiempo que trabajamos para salvaguardar el patrimonio y ganamos equipamiento para la ciudad, en particular para una zona como Botànic Calduch, donde estamos actuando para mejorar las dotaciones del barrio y solventar carencias históricas”.